El pueblo del Bierzo que ha cambiado de nombre
Candín pasará a llamarse Valle de Ancares tras más de dos años de desentendimiento con Lugo, provincia con la que limita y comparte comarca.
El Bierzo, en el norte de la provincia de León, es una comarca tradicional que alberga hasta 38 municipios; algunos en la frontera con Galicia. Este es el caso de Candín, un pequeño pueblo de apenas 250 habitantes que, tras una lucha de casi tres años, ha conseguido recuperar parte del nombre original de la villa, perdido en el siglo XIX.
Ahora, el pueblo berciano, situado en la Reserva de la Biosfera de los Ancares Leoneses, pasará a llamarse Valle de Ancares: un hito que el alcalde, José Antonio Álvarez Cachón, en declaraciones a El Español, ha definido como “un reconocimiento, el mantener nuestro patrimonio y nuestros valores”. Este cambio ha sido aprobado por unanimidad en el Consejo Comarcal del Bierzo; no sin esfuerzo, ya que había iniciado una ‘guerra’ con Lugo por la legitimidad para usar el término.
Un mismo valle, dos diferentes provincias
Candín, lugar de nacimiento del río Ancares, quería recuperar su nombre original. Por otro lado, Lugo no aceptaba la denominación. El motivo es que la comarca de los Ancares es un territorio funcional que pertenece a la comunidad autónoma gallega y, aunque acoja a parte de territorio leonés, también se interna en Galicia.
El ayuntamiento de Candín inició los trámites para registrar el cambio de nombre en diciembre de 2020. Así comenzó un proceso que, desde el principio, rechazaron contundentemente tanto la Diputación de Lugo como la Xunta de Galicia. La propuesta lucense fue añadir el nombre del valle como “apellido”, dando lugar a un “Candín de Ancares”. No obstante, esto fue rechazado rotundamente por los bercianos, que apostaban por la integridad de su nombre original.
Un punto intermedio para llegar al acuerdo
Finalmente, y ante la dificultad para llegar a un entendimiento, el municipio leonés accedió. Modificó su propuesta de “Ancares” por “Valle de Ancares”, que ha sido visto con buenos ojos por parte de las autoridades lucenses, y, tras someterlo a votación, ha resultado aprobado por unanimidad. Aunque el cambio todavía puede ser rechazado por vía judicial, el entendimiento entre ambas partes parece despejar el camino para que Candín abandone su nombre para regresar, en parte, al que tenía hace más de doscientos años.