El papa Francisco, ingresado
El pontífice argentino se someterá a controles médicos rutinarios ya programados, según ha informado la Oficina de Prensa del Vaticano.
El papa Francisco ha ingresado este miércoles 29 de marzo en el hospital Policlínico Gemelli (Roma) para someterse a una serie de controles médicos rutinarios que ya estaban programados, según ha informado la Oficina de Prensa del Vaticano. De acuerdo con la agencia italiana Adnkronos, el ingreso se ha producido por una “fatiga respiratoria” y ha sido sometido una tomografía computarizada para verificar la situación de sus bronquios.
Por otro lado, el Corriere della Sera señala que el papa también presentaba “problemas cardíacos” y fue “trasladado al servicio de cardiología para controles”. “La enfermedad se considera actualmente no preocupante, pero el pontífice se habría sometido a varias pruebas y, según algunas fuentes del hospital, tendría una máquina de análisis de gases en sangre en su habitación del décimo piso para un seguimiento constante”, explica ese medio.
Se espera que Francisco pase unos días en el hospital, por lo que ha cancelado los eventos previstos en los que iba a participar durante los próximos días, según Reppublica.
Sin embargo, en un breve mensaje, el Vaticano se ha limitado a explicar que el pontífice se encuentra ingresado, sin especificar cuánto tiempo pasará en el hospital o el tipo de controles médicos por los que pasará: “El Santo Padre se encuentra en [el hospital] Gemelli desde esta tarde para controles previamente programados”. De acuerdo con la agencia Ansa, el personal más cercano al Papa, incluido su equipo de seguridad, ha sido movilizado y pasará la noche en el hospital.
Esta misma mañana, el papa participó en la audiencia general en la plaza de San Pedro, donde apareció sonriendo desde el “papamóvil” ante sus fieles. El Papa fue operado en este mismo centro de una estenosis diverticular en el colón en julio de 2021, una intervención quirúrgica que también estaba programada con anterioridad.
Problemas en su rodilla derecha
En julio del año pasado, el Papa se vio obligado a aplazar su viaje a la República Democrática del Congo y a Sudán del Sur por prescripción médica ante el problema de ligamentos y de desgaste del cartílago que arrastra en la rodilla derecha y que le obliga a usar silla de ruedas o bastón para sus desplazamientos en el Vaticano.
El Vaticano señaló entonces que el aplazamiento del viaje —que finalmente realizó en enero— se debió a “la petición de los médicos” para “no anular los resultados de las terapias que ha implantado en la rodilla y que aún se están desarrollando”.
La lesión en la rodilla ha mejorado notablemente en los últimos meses, pero el dolor le sigue impidiendo caminar con facilidad. Francisco había sido operado de cataratas en diciembre de 2019. En aquella ocasión se trató de una simple intervención en la vista, de rutina, realizada con láser, que no hizo que el Papa tuviera que ser ingresado más allá de unas pocas horas que no influyó en su agenda.