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El glaciar “del fin del mundo”, al límite

Un estudio publicado en ‘Nature Geoscience’, revela que el glaciar se encuentra en “una fase de rápido retroceso”. Su pérdida total provocaría un aumento del nivel del mar hasta los 3 metros.

antartida
NASA Observatory

El glaciar Thwaites, ubicado en la zona occidental de la Antártida y conocido como el “glaciar del fin del mundo”, se encuentra al límite. Así lo revela un estudio llevado a cabo por científicos y liderado por el geofísico marino Alastair Graham, de la Facultad de Ciencias Marinas de la Universidad del Sur de Florida.

La investigación, publicada en la revista ‘Nature Geoscience’, destaca en su conclusión que el glaciar se encuentra en “una fase de rápido retroceso”, en base a las últimas imágenes tomadas del fondo marino del Océano Antártico que les ha permitido conocer la rapidez con la que Thwaites se retiró y movió a lo largo de la historia. Además, ha revelado cuáles serían las consecuencias catastróficas en caso de que retroceda rápidamente en los próximos años.

En el peor de los escenarios, la completa erosión de su base submarina provocaría un enorme riesgo de colapso y amenaza para el nivel global del mar. Un nivel del mar que se vería incrementado hasta los tres metros, si finalmente se produjera una pérdida total del glaciar y de las cuencas heladas próximas. “El Thwaites está casi al límite, y deberíamos esperar registrar grandes cambios en pequeñas escalas de tiempo en el futuro incluso de un año a otro”, dijo el coautor del estudio, Robert Larter.

Durante esta investigación, los científicos comprobaron que en algún momento de los últimos 200 años y en un plazo de seis meses, el frente del glaciar perdió el contacto con una cresta del lecho marino, lo que provocó que la zona de encallamiento de Thwaites retrocediese a un ritmo de 2,1 km por año, el doble del ritmo observado por satélite en la parte de la zona de encallamiento que más rápido retrocedió entre 2011 y 2019.

Para documentar este retroceso del glaciar, fueron claves los avances tecnológicos producidos en el campo de la cartografía oceánica autónoma, y el papel desarrollado por la Fundación Wallenberg al invertir en esta infraestructura de investigación, tal y como reconoció la oceanógrafa física de la Universidad de Gotemburgo, Anna Wahlin. “Fue realmente una misión única en la vida”.

¿Qué ocurriría si se derritiera por completo la Antártida?

Las primeras consecuencias en este escenario tan catastrófico, serían un aumento de la temperatura global y el derretimiento del hielo, al que se debe sumar un incremento del nivel del mar hasta los 60 metros y la desaparición de múltiples especies marinas. Según un estudio publicado en la revista ‘Nature’ y realizado por científicos de la Universidad de Rutgers y Massachusetts Amherst, en el 2060 el deshielo en la Antártida alcanzaría su punto más crítico “en caso de que no se tomen medidas para frenar el calentamiento global”.

Un escenario similar al de un completo deshielo en el Ártico. En su caso, supondría un calentamiento radioactivo a nivel global que sería el equivalente a añadir de una tacada un millón de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera. En perspectiva, en los 270 años que han trascurrido desde el inicio de la Revolución Industrial se han añadido 2,4 millones de toneladas.