Detectan en Almería un brote de la enfermedad de Newcastle
Es una infección viral muy contagiosa y de gran relevancia en el mundo de la avicultura. Puede infectar a los humanos, nada grave, y es muy valiosa en la investigación contra el cáncer.
La enfermedad de Newcastle se transmite a los humanos por contacto directo con fluidos corporales de aves infectadas, especialmente las heces, pero también por secreciones de la nariz, la boca o los ojos.
El virus puede estar presente en los huevos puestos durante la enfermedad, y en todas las partes del canal durante las infecciones agudas. Las aves infectadas suelen cesar parcialmente o completo la producción de huevos y, si ponen, éstos pueden ser anormales en color, forma o superficie; incluso tener albúmina acuosa, algo que no es agradable aunque no esté malo el huevo.
Además, se puede propagar a través de objetos que hayan estado en contacto con las aves infectadas o sus excrementos. Incluso el movimiento de personas, el material, maquinaria, equipos en los corrales, infecta. Hay vacuna para los pollos, pavos y palomas de esta enfermedad. Los pollitos sanos suelen ser vacunados desde el día 1 al 4 de vida.
Su interés en la investigación contra el cáncer
El virus de Newcastle es capaz de replicarse hasta 10.000 veces más rápido en las células cancerosas que en la mayoría de las células humanas normales, lo que hace que se le considere un virus oncolítico, un agente que puede replicarse selectivamente en las células cancerosas y matarlas sin dañar las células sanas.
Las propiedades estimulantes inmunológicas y antineoplásicas del virus de la enfermedad de Newcastle fueron informadas por primera vez en 1965 y hoy se investiga y hay tratamientos en diferentes fases.
La enfermedad de Newscatle en España y en el mundo
El primer brote reconocido de esta enfermedad se produjo en Java (Indonesia) en 1926 y poco después en Newcastle-upon-Tyne (Inglaterra) en 1927. Es considerada endémica en muchos países.
Ahora se ha detectado en Almería, en una explotación de 10 mil pollos broilers de seis semanas de edad. El último foco en España tuvo lugar en noviembre de 2009 en una explotación de aves cinegéticas en la provincia de Guipúzcoa.