Desvelan cuál era el plan de Putin en Ucrania: la guerra habría terminado hace meses
Un informe del British Royal Defense Research Institute revela que Rusia pretendía invadir Ucrania en 10 días, “asesinar” a sus principales líderes y acabar la guerra en agosto.
La guerra va camino de cumplir un año desde que el pasado 24 de febrero Vladimir Putin anunciara una “operación militar especial” en Ucrania, una manera diferente de decir que invadía el país vecino. A partir de ahí la guerra se desató, Occidente reaccionó contra Rusia con sucesivas rondas de sanciones para tratar de aislar al Kremlin en materia económica y prestó ayuda logística, económica y militar al país gobernado por Zelenski.
El conflicto, que ya sobrepasa los nueve meses ha dado un vuelco a medida que ha ido avanzando. La iniciativa ahora es ucraniana, que incluso ha recuperado regiones perdidas al principio de la invasión. Rusia se centra en bombardear infraestructuras clave de Ucrania para dejar sin luz y suministros a la población ucrania.
Esta es la actual situación en el campo de batalla, pero ya se puede decir que nada ha salido como planeaba Putin. Un informe publicado por el British Royal Defense Research Institute (RUSI, por sus siglas en inglés) desvela cuál era la hoja de ruta del Kremlin en su “operación militar especial” en Ucrania. La guerra, según este trabajo, ya habría terminado.
Según la citada investigación, las líneas maestras del plan de Putin eran muy claras y definidas: invasión de Ucrania en 10 días con la intención de tomar el Parlamento y eliminar a sus principales líderes. Posteriormente, una vez derrocado el Gobierno actual, ocupar progresivamente el país y culminar la anexión de Ucrania en agosto de 2022.
La invasión se empezó a gestar en marzo de 2021
El informe detalla que Rusia empezó a preparar la invasión de Ucrania en marzo de 2021, cuando comenzó a acumular tropas en la frontera con Ucrania. El plan fue redactado por “los servicios especiales rusos y un grupo reducido en el seno de la Administración presidencial, apoyados por altos mandos del Ministerio de Defensa”, asegura el texto.
Así, casi un año después, Rusia invadió Ucrania, comenzando con masivos bombardeos. La infantería entró por cuatro ejes, con los que Rusia pretendía apoderarse de todos los centros administrativos y nudos logísticos al este del río Dniéper. Después, el objetivo sería tomar la capital Kiev y las provincias de Odesa, Mikolaiv y Jersón, para bloquear la salida ucraniana al Mar Negro.
Pero el plan ideado sobre el papel no salió en el campo de batalla. Según el informe, Ucrania “logró en gran medida evadir los ataques iniciales rusos dispersando sus arsenales, aviación y defensas” y paralelamente frenó el avance ruso hacia Kiev.
La inesperada resistencia de Zelenski
Este fue el primer gran problema. El segundo, la resistencia del Gobierno de Ucrania, encarnado en su presidente Volodimir Zelenski, quien, en contra de las previsiones de la inteligencia rusa, ni huyó del país ni fue capturado. Según el RUSI, la misión de “asesinar” a los jefes políticos y militares de Ucrania, se había encomendado a los agentes de Servicio Federal de Seguridad (FSB), el antiguo KGB ruso.
A partir de estos problemas, Rusia pasó a una especie de plan B, que no había sido ideado. La nueva hoja de ruta consistía en someter a las regiones resistentes con cortes de agua y electricidad, además de asfixiar sus economías desconectándolas del banco central ucraniano.
Sin embargo, todo cambió tras la ayuda a Ucrania de los aliados occidentales, que permitieron a las tropas ucranias competir contra sus adversarios en el campo de batalla. Ahí la guerra cambió. Y es que nada había salido como había planeado Putin, que ya se abre a negociar la paz.