¿Necesitas dormir mucho? La psicología dicta sentencia sobre su significado
El hecho de dormir más puede implicar que el cerebro esté procesando la información a un mayor nivel de complejidad.

No todo el mundo duerme de la misma manera ni la misma cantidad de horas. Según Mayo Clinic, lo ideal para una persona adulta es dormir, al menos, siete horas durante la noche. Pero no todo el mundo tiene la capacidad de aguantar tanto tiempo en la cama. Bien por las cuestiones mentales, o bien porque prefieren dedicar ese tiempo a otras cosas.
Y, por contra, hay quienes encuentran en su cama su espacio ideal. Aquel en el que pueden pasar las horas muertas, viendo (soñando) el tiempo pasar. ¿Es acaso la pereza la que está tras este comportamiento? No. Al menos, no en todos los casos. Así lo afirma desde el punto de vista de la neurobiología y la cronobiología (el estudio de los ritmos biológicos periódicos en los seres vivos).
Según explica el medio italiano Made in Oltrepo, detrás de un sueño prolongado puede ‘esconderse’ un cerebro más complejo y funcional que la media. Incluso Albert Einstein, una de las mentes más destacadas de la historia, pasaba largas jornadas en los brazos de Morfeo. Un ejemplo extremo, pues la inteligencia del físico alemán no está al alcance de todos.
Las fases REM y NREM
Durante las fases REM y NREM, nuestro cerebro consolida la memoria, reorganizando la información, eliminando toxinas neuronales y, especialmente, resolviendo problemas complejos para los que no obtuvimos respuesta durante el día. Así, el hecho de que ciertas personas necesiten más tiempo para estos procesos, puede significar que (en algunos casos) estén procesando la información a un mayor nivel de complejidad.
Durante la fase REM del sueño el cerebro crea nuevas conexiones entre información que, aparentemente, eran inconexas. Según la psicología, quienes duermen mucho tienden a mostrar características cognitivas más desarrolladas, como una mayor creatividad, más propensión al pensamiento divergente y muestran patrones de activación cerebral más complejos en pruebas de inteligencia. Sus cerebros, en esencia, pueden estar más ocupados mientras duermen.
Un sueño reparador
Y es que dicen que el hecho de dormir bien puede arreglar todos (o casi todos) los males que uno padece. Especialmente en situaciones de mayor estrés, tener un sueño profundo puede suponer una gran diferencia respecto a quienes emplean el sueño como una vía de escape. Aquellos que duermen de forma profunda se despiertan renovados y con la mente activa, lista para afrontar desafíos cognitivos.
Por contra, quienes usan el sueño como una forma de evasión, se suelen despertar cansados y desmotivados, aunque hayan dormido durante muchas horas. De este modo, quienes duermen más profundamente son más productivos y creativos cuando respetan su ritmo biológico natural.
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