Muere el hombre que recibió el primer trasplante de riñón de un cerdo
Desde el hospital aseguran que no tienen indicios de que haya sido como consecuencia del trasplante. Su caso ha supuesto un antes y un después.
La primera persona que recibió un trasplante de riñón de cerdo genéticamente modificado ha fallecido casi dos meses después de someterse al procedimiento, según ha informado este fin de semana su familia y el hospital que ha realizado la cirugía.
De 62 años, Richard “Rick” Slayman vivía con una enfermedad renal terminal cuando recibió en marzo un riñón de un cerdo que había sido sometido a 69 ediciones genómicas en lo que, según numerosos expertos, adelantaba una nueva época en el trasplante de órganos.
Una dura y larga lucha
La cirugía, que duró cuatro horas, se realizó en el Hospital General de Massachusetts, en Boston, bajo la autorización de “uso compasivo” del Protocolo de Acceso Ampliado que solo se implementa cuando los pacientes con enfermedades potencialmente mortales no tienen otras opciones.
Ahora bien, Slayman había estado luchando contra la diabetes tipo 2 y la hipertensión durante años antes de que, al final, le diagnosticaran una enfermedad renal terminal. En 2011, recibió tratamiento de diálisis y, más tarde, fue incluido en la lista de espera de donantes de riñón y recibió un trasplante de riñón humano en diciembre de 2018.
Más complicaciones
Cinco años después, el riñón donado empezó a fallar y Slayman volvió a someterse a diálisis en mayo de 2023. De hecho, tuvo que someterse a una revisión quirúrgica y de descoagulación cada dos semanas para abordar las complicaciones de la coagulación durante esta segunda ronda de diálisis.
Debido a estas complicaciones persistentes y al rápido deterioro de la función renal de Slayman, sus médicos sugirieron probar el trasplante de riñón de cerdo. Pese a tener un susto de rechazo de órganos justo cuando se estaba preparando para salir del hospital después del trasplante, los médicos pudieron abordarlo rápidamente.
Desenlace fatal
El rechazo y el riñón se estabilizaron después de tres días con una dosis alta de esteroides y Slayman fue dado de alta del hospital. Tras la cirugía, se sometió a análisis de sangre y orina tres veces por semana y a visitas de su médico dos veces por semana para controlar su estado.
La muerte de Slayman llega poco después de que los médicos que lo operaron dijeran que se estaba “recuperando bien” cuando fue dado de alta del hospital el pasado 6 de abril. Por ahora, ninguna persona involucrada en la operación ni su familia han asegurado que su muerte está relacionada con el trasplante.
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