Los psicólogos piden que evites a estos miembros de tu familia todo lo posible

Las relaciones entre los miembros de una misma familia pueden llegar a ser muy distintas, especialmente porque en muchos casos se dan valores y formas de ser muy opuestas, por mucho que ‘sean de la misma sangre’. En ocasiones, estas diferencias pueden llegar a hacer que la convivencia sea especialmente complicada, llegando a tener consecuencias negativas sobre la salud mental y emocional. Es por ello que lo más importante es saber establecer límites para evitar malentendidos.

Según la psicología, existen 10 tipos de familiares que es mejor mantener a distancia, con el fin de cuidarnos de la mejor forma posible. El primero de ellos es el denominado ‘el crítico permanente’, es decir, aquella persona que, hagamos lo que hagamos, siempre habrá defectos y sus críticas son más bien destructivas. La exposición continua a este tipo de familiares hace que tengamos que estar constantemente ‘en estado de defensa’, lo que afecta a la salud mental.

Familiares que nos ven como una competencia

En segundo lugar está ‘el dramático’. En estos casos se trata de individuos que buscan el conflicto con el fin de llamar la atención o manipular a los demás, donde cualquier pequeño problema, se convierte en un gran drama. Por otra parte está ‘el controlador’, el cual debe saber en todo momento cada paso que dan sus familiares: con quién sales, cómo vistes, qué deberías comer… En estos casos, hay que saber mantener la distancia con el fin de no llegar a tener una excesiva dependencia a estos.

En cuarto lugar se encuentra ‘el competidor’. Estos familiares consideran el resto de miembros como una competencia en diferentes hábitos de la vida, ya sea a nivel profesional, económico… En cualquier caso, hay que tener presente que cada persona tiene un camino diferente y las comparaciones solo añaden presiones innecesarias.

Perfiles que pueden afectar a nuestra autoestima

‘El culpador’ emplea la acusación como forma de manipulación, procurando influir en las acciones y responsabilizándonos de errores que en muchos casos no son culpa nuestra. En estas situaciones suele vincularse con el perfil de ‘desmotivador’, por el cual no suele recibirse apoyo, lo que puede afectar negativamente a nuestra autoestima.

En séptimo lugar está ‘el que sobrepasa los límites’, es decir, ofrece su opinión sobre temas que no le incumben o por los que no han sido preguntados, lo que suele hacer que nos sintamos poco respetados e, incluso, que violan nuestra intimidad. El octavo tipo de familiar es ‘el manipulador’, los cuales juegan con tus emociones para sus propios fines, valiéndose de las inseguridades y la necesidad de control de la propia persona.

En el caso de ‘los excesivamente dependientes’, refiriéndose al terreno emocional puede resultar muy agotador. En estos casos, hay que recordar que no siempre es nuestra responsabilidad los problemas de los demás y en muchos casos está bien poner las propias necesidades primero. En último lugar se encuentra ‘el pesimista’ —muy similar al ‘dramático’—, el cual siempre tiene una visión muy negativa de la realidad y considera que algo malo pasará en cualquier momento. Es importante saber identificar este tipo de comportamientos entre las personas de nuestro entorno y saber poner ciertos límites, para así asegurar nuestro bienestar.

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