Científicos rusos reviven una planta extinta de 32.000 años con semillas encontradas en el permafrost siberiano
Los expertos dieron con las semillas en una madriguera de una ardilla ártica. Tras los intentos fallidos por germinarla, finalmente optaron por otro enfoque.


La ciencia avanza en todas direcciones. Y algo que parece imposible, devolver a la vida a un organismo, puede convertirse en realidad. Así es como ha ocurrido en Rusia, donde un equipo de científicos ha revivido a una planta extinta de 32.000 de antigüedad. Esto ha sido posible gracias a sus semillas, conservadas en el permafrost de Siberia.
Su nombre es Silene stenophylla, una planta de hoja estrecha que, con ese avance, se convierte en el organismo vivo más antiguo que se regenera a partir de un tejido vegetal. El camino, no obstante, no ha sido fácil. Corría el año 2007 cuando los investigadores dieron con las semillas de la planta. Y las encontraron en el lugar más inesperado: dentro de una antigua madriguera de una ardilla ártica.
Ahí, a 38 metros de profundidad a lo largo del río Kolymá, encontraron lo que este animal había escondido hace miles de años: semillas y frutos secos que quedaron congelados en el hielo del Pleistoceno. Y tras someterse a la prueba del radiocarbono dieron con su ‘edad’: 31.800 años. Supera por mucho a la antigua semilla de planta regenerada hasta la fecha, que pertenecía a una palmera datilera de 2.000 años encontrada en Israel. Los resultados fueron publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
Pero la tarea no resultó nada fácil. Ante los intentos en vano de que la planta respondiera a la germinación, los expertos optaron por buscar una alternativa: extraer tejido placentario de frutos inmaduros para cultivarlos in vitro posteriormente. Y así fue como consiguieron cultivas hasta 36 plantas idénticas a través de la clonación vegetal.
Una diferencia respecto a su pasado
Y los resultados no pudieron ser más satisfactorios: las flores blancas se formaron perfectamente, las plantas eran fértiles y hubo una germinación del 100% de las semillas producidas. Un éxito rotundo. Pero, además, encontraron una gran diferencia respecto a las Silene stenophylla actuales: sus pétalos eran más largos y espaciosos.
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Este hallazgo sugiere la existencia de un fenotipo de la Edad de Hielo que pudo sobrevivir en el permafrost, pero que desapareció con el paso de los años en el curso de la evolución moderna. Una diferencia sobre la que hay pocas certezas, aunque todo apunta a que podría tratarse de una adaptación a las condiciones extremas de la época o un rasgo evolutivo perdido con el tiempo.
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