Así funcionan los “ojos de agua” en mitad del desierto del Sáhara
El Proyecto del Gran Río Artificial fue una obra de ingeniería financiada por Gaddafi, diseñado para abastecer a la Libia costera con agua fósil del Sahara procedente de la última glaciación.


El proyecto del Gran Río Artificial de Libia fue diseñado a finales de los años sesenta, tras el descubrimiento de grandes acuíferos fósiles en el sur del país durante exploraciones petrolíferas en 1953. Estos depósitos pertenecen al sistema acuífero de piedra arenisca de Nubia, que almacena miles de kilómetros cúbicos de agua dulce acumulados tras la última glaciación.
El análisis posterior indicó que este hallazgo era parte del Sistema Acuífero de Arenisca de Nubia, un vasto reservorio de “agua fósil” que tiene entre 10.000 y 1.000.000 de años de antigüedad, agua que se filtró en la arenisca antes del final de la última edad de hielo, cuando la región del Sahara disfrutaba de un clima templado. Inicialmente, el gobierno libio planeó establecer proyectos agrícolas a gran escala en el desierto donde se encontró el agua, pero los planes se cambiaron a principios de la década de 1980 y se prepararon diseños para una red masiva de tuberías hasta la costa.
A comienzos de los setenta, el régimen de Muammar Gaddafi decidió financiar un ambicioso proyecto de ingeniería sin recursos extranjeros. La Autoridad del Proyecto Río Artificial fue creada oficialmente, con aprobación del Congreso General del Pueblo el 3 de octubre de 1983.

Cronología
- 1984: Gaddafi colocó la primera piedra en Sarir, iniciando la fase de construcción.
- 1986: Apertura de las plantas de prefabricación de tubos en Brega y Sarir (en colaboración con la italiana Redaelli Tecna para los alambres de hundimiento) consideradas las más grandes del mundo en hormigón pretensado.
- En marzo de 1990 se firmó un acuerdo entre UNESCO y la Great Man-Made River Project Authority (La Jamahiriya Libia) en el marco de la comunicación y cooperación institucional, registrado bajo el código FR PUNES AG 08 ‑ LEG ‑ A ‑946 en los archivos de la UNESCO. Se iban a dar premios anuales para investigar el proyecto con nueva tecnologías, pero sólo están registrados en 2001 y 2007.
- La construcción se organizó en cinco fases principales. La primera fase se completó el 28 de agosto de 1991, tras excavar 85 millones de m³ de tierra, y puso en servicio la red inicial.
- La segunda fase entró en funcionamiento el 1 de septiembre de 1996, llevando agua por primera vez a Trípoli.

El mayor sistema de agua fósil del mundo
La red consta de más de 1.300 pozos, cada uno a más de 500 metros de profundidad, con tuberías que suman alrededor de 2.820 km en operación y hasta 4.000 km en distintas fases. La capacidad diaria estimada actual es de 6,5 millones m³ de agua dulce, abasteciendo cerca del 70 % del consumo urbano libio, incluyendo Tripoli, Bengasi y Sirte. Si las reservas de agua subterránea se agotaran, la región se enfrentaría a una grave escasez de agua a menos que se establezca una infraestructura de desalinización adecuada.
El Acuífero de Nubia, que abarca partes de Chad, Egipto, Libia y Sudán, es el mayor sistema de agua fósil del mundo, cubre unos dos millones de kilómetros cuadrados y se estima que contiene unos 150.000 kilómetros cúbicos. Para comprender el tamaño del acuífero, el sistema es casi tan grande como la Argentina continental, como una Argentina llena de agua.
Ahora mismo, está cerca de completarse la quinta fase, estimada en 7.000 millones de dólares, que ampliará la cobertura hacia zonas rurales y del norte aún sin conexión. Pero entre los obstáculos recientes destaca la guerra civil de 2011, ya que se han detectado reducciones en los fondos públicos, fallos en el suministro eléctrico, daños en infraestructuras y problemas para importar repuestos. Hay que recordar que el 22 de julio de 2011 la OTAN atacó el acueducto libio, concretamente una fábrica de tuberías de agua en Al Brega, la red de suministro de agua civil que abastecía al 70% de la población libia.
Además, existe un desfase entre los costes de producción y el precio al consumidor, dificultando la sostenibilidad financiera. El acuífero no es recargable: se bebe agua fósil; algunas estimaciones advierten de un agotamiento en el siglo XXI si no se adopta a la desalación y se consigue una gestión eficiente.
Si bien ha mejorado la calidad de vida y reducido la explotación de acuíferos costeros, la viabilidad a largo plazo es incierta. Se recomiendan medidas estratégicas, desde un plan financiero sostenible, tarifas eficientes, mantenimiento continuo, gestión inteligente del agua y tecnologías de ahorro. Al tratarse de un recurso finito, se requiere integrar desalinización y el reciclaje de aguas con el fin de alargar la vida útil sin comprometer la extracción del acuífero fósil.
Layla Ali Al‑toomi, autora del estudio en Libyan Hydraulic and Water Resources Management, estima que incluso completadas todas sus fases, sólo abastecería 2,3 billion m³/año frente a una demanda proyectada de 10 billion m³/año en para el 2035, por lo que sugiere la necesidad de apostar por la desalinización y reutilizar el agua.
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“Libia puede comenzar un proyecto agrícola similar al del Valle de San Joaquín, en el estado estadounidense de California”, señaló Patrick Henningsen, editor y fundador de 21 Century Wire. Al igual que Libia, California es esencialmente desértico, pero gracias a la irrigación y a otros proyectos hídricos se convirtió en una importante zona de producción de alimentos y algodón", explicó. “Los únicos mercados en la zona del mar Mediterráneo que ofrecen cítricos y otros productos populares en Europa son Israel y Egipto. En 10 ó 20 años, Libia podrá superara ambos países gracias al agua que tienen para verdear el desierto“, añadió.
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