Sin Haaland, sin gasolina, sin gloria...
El City es un equipo de autor, de leyenda, que está marcando una época en la Premier y alzó la Champions. Pero Europa es Europa. En Europa mantenerse en lo alto es tarea complicadísima, casi imposible. Sólo el Madrid sabe lo que es ganar una Champions tras haber logrado otra. En su caso fueron tres. Para el City no llegará esa gloria, a pesar de asediar durante todo el choque. Algunos problemas que han ido apareciendo durante la temporada se reprodujeron en el Etihad.
La falta de eficacia, por ejemplo, pues De Bruyne tuvo la clasificación en el bolsillo y mandó el balón alto. En la Champions no se puede perdonar. Otro problema, este más profundo, es el de Haaland. El noruego era una salida natural en largo el curso pasado. Ganaba duelos, rompía espacios, trituraba defensas. Esta temporada está encorsetado en un rol que ha desnudando sus carencias. Que no jugara la prórroga, estuviera tocado o no, es muy signíficativo.
Por último, hay que destacar otro asunto que ha terminado por lastrar al City: la falta de descanso de Rodri. El mediocentro español acusó en la prórroga una temporada en la que lo jugó todo. Pep sacó a Stones y Kovacic para auxiliarle, pero el fallo estuvo en verano: no firmar un ‘Bellingham’. Fundamental.
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