Sinopsis:

Es la impresionante historia sobre George Elser, el carpintero de la resistencia que intentó asesinar a Hitler en Munich el 8 de noviembre de 1939. Por solo 13 minutos de diferencia, si el Führer no hubiese abandonado su podio antes de lo previsto, podría haber cambiado la historia.

Ficha:

DIRECTOR: Oliver Hirschbiegel
REPARTO: Christian Friedel, Katharina Schüttler
GUIÓN: Fred Breinersdorfer, Léonie-Claire Breinersdorfer
Estreno: 4 de Marzo de 2016

Entrevista con Oliver Hirschbiegel

El alemán Oliver Hirschbiegel, recordado director de la película "El hundimiento" sobre los últimos días de vida de Hitler, recrea ahora en "13 minutos para matar a Hitler" el atentado fallido de Georg Elser contra el führer que, de haber prosperado, elucubra el director, "habría salvado a 50 millones de personas".

Cuando se produjo el atentado, el 8 de noviembre de 1939, "Alemania ya se había anexionado Polonia y, probablemente, la invasión de Francia habría terminado ocurriendo, pero seguro que de haber salido bien, el Holocausto no se hubiera producido; tampoco la campaña de Rusia, jamás hubiera podido realizarse sin esos dirigentes".

"El movimiento habría continuado con otros, pero como los principales cargos estaban en aquella sala en el momento que tenía que estallar la bomba, sé que Elser habría salvado a 50 millones de personas", afirma el realizador en una entrevista con Efe hecha en Madrid, a donde se ha desplazado para apoyar el estreno de la película, su octavo largometraje, el viernes 4 de marzo.

Y no es que Hisrchbiegel esté obsesionado con el nazismo; en su filmografía hay películas como "Diana" (2013), sobre la princesa de Gales, o "Cinco minutos de gloria" (2009), sobre un ex combatiente en el Ulster que se entrevista con el asesino de su hermano y la próxima tratará sobre un sicario alemán que trabaja para la mafia.

"Hice esta película porque no gira alrededor de Hitler, sino de Georg Elser y de cómo el nacionalsocialismo se fue expandiendo por toda la nación alemana cubriéndolo todo, y la influencia del Tercer Reich en la zona rural no se había plasmado en ninguna película", explica el Hirschbiegel (Hamburgo, 1957).

La película cuenta los hechos desde el punto de vista de Elser, desde su arresto y posterior encierro y torturas, mientras recuerda los acontecimientos y explica sus razones para decidirse a actuar de un modo tan drástico.

El director, nacido en Hamburgo, confiesa que "siempre" le había fascinado la vida alemana en los pueblos; "sus rituales, sus tradiciones y los valores que encarnan estas gentes de las zonas rurales; su vida cómoda y agradable, un tipo de vida que no tiene traducción en otro idioma", apunta.

"Y los nazis se apropiaron de esto, se aprovecharon de las tradiciones de los pueblos, convirtiéndolos en algo suyo. Siempre me ha parecido una gran perversión, un crimen, porque privaron a Alemania de su tradición ensuciándolo, manchándolo todo".

Añade que en España se vivió una Guerra Civil que "atravesó todo el país y había gente que apoyaba a Francol, pero otros no".

Por eso, dice, la figura de Elser es "insólita, hay muy pocos ejemplos de personas que tuvieron el coraje de hacer algo, y que lo hicieran solos y en secreto. Él sabía que iba a matar, aún siendo pacifista y sin creer en la violencia, pero sabía que era el único camino para parar esa injusticia".

Este extremo, afirma, "marca una línea directa a Snowden, la que demuestra que miles de personas saben lo que pasa, pero sólo una actúa en conciencia", y en su opinión, "todo el mundo debería enterarse de lo que pasa, porque de otro modo, se traiciona las libertades de un país libre".

El también director de famosas series de televisión, como la exitosa "Rex, un policía diferente", reconoce que ve "legítimo" matar a un genocida, pero sería incapaz de hacerlo.

Y recuerda que esta película es una recreación suya, porque "el atentado ocurrió, y se supo, pero se ocultó el nombre del autor, los historiadores deliberadamente no hablaron de él; es mi forma de explicar que una persona, en pleno 1938 dijo: 'hay que hacer algo'".

"Y quien lo hizo fue una persona de clase obrera, no pertenecía a las élites, no era un intelectual. Una mancha, por eso le colgaron el sambenito de que era comunista, y no era verdad".

El director confía en que "13 minutos para matar a Hitler" sirva para que "el público saque sus conclusiones", pero reconoce que le gustaría llamar la atención sobre el hecho de que "es muy fácil decir 'yo no lo hubiera permitido', a tiro pasado. Una persona que actúa en solitario son palabras mayores y hoy tendemos a olvidarlo. Por eso, esta película", concluye.

Entrevista de Alicia García Arribas, EFE.