EXPERIENCIAS

'Cuttybandistas': una vuelta a Ibiza viviendo como corsarios

'Cuttybandistas': una vuelta a Ibiza viviendo como corsarios

En AS participamos de una experiencia inolvidable: una ruta por las islas pitiusas a bordo de un buque de época para revivir la vida de los antíguos contrabadistas del whisky.

Eran las 21:30h de final de agosto cuando un chófer vino a recogerme frente al teatro Pereyra, en el centro de Ibiza. Abandonamos la bulliciosa ciudad y nos adentramos en esas carreteras oscuras, con aroma de pinos, rumbo a algún lugar al norte de la isla.

El punto de encuentro era la pequeña Cala Xuclar, al norte de la isla, donde la flota compuesta por tres buques de época, adaptados y rebautizados con los nombres de Tomoca, Cutty Sark y McCoy, había decidido fondear para pernoctar, tras una navegación de once horas desde la isla de Mallorca, donde comenzó la travesía de los 'Cuttybandistas'.

Una travesía clandestina por aguas baleares para rememorar las rutas del contrabando de utilizaban las naves del contrabandista más famoso de la historia de la Ley Seca, Bill McCoy, quien distribuía el whisky sin adulterar desde las Islas Barbados hasta los principales puertos de Norteamérica.

En el chiringuito de cala Xuclar la noche era tranquila y pude despedirme de mis amigos-familia  que a esa hora estaban atendiendo el servicio de cenas. Por la mañana, zarpamos bordeando la costa oeste de la isla de Ibiza. Una zona inespugnable por tierra, que ofrece un paisaje aún casi virgen de la isla de los corsarios.

A medio día fondeamos en Cala Comte para almorzar, justo antes de visitar sa Pedrera, ese lugar mítico conocido como Atlantis, que hay que visitar al menos una vez en la vida y por la noche arribamos a Cala Jondal, frente al Blue Marlin, donde nos recibieron con una fiesta que se prolongó hasta bien entrada la madrugada y que continuó a bordo toda la noche.

Por la mañana zarpamos rumbo a una de las diez playas más bonitas del mundo: la playa de Illetes, en Formentera y al atardecer cruzamos Els Freus para pasar la noche fondeados en Talamanca, junto a la ciudad de Ibiza, donde una fiesta en Pacha ponía el broche a nuestra travesía.

Puestas de sol, naturaleza salvaje, el balanceo del mar, coctelería y gastronomía de los años 20, música electroswing, actuaciones en directo y la convivencia a bordo han hecho un combinado inolvidable, generando lazos que van más allá de una simple acción promocional.

Había que atreverse a descubrir y no podíamos perdernos la experiencia de convertirnos en auténticos 'Cuttybandistas' antes de volver a la realidad.

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