Dentro de esta serie de artículos dedicados al Cuidado Corporal, queremos prestar atención específica al cuidado del contorno de ojos.

La hinchazón de la zona, las marcas de expresión, la aparición de ojeras y las bolsas debajo del ojo, o el párpado caído, contribuyen a ensombrecer tu mirada y aparentar más edad de la que tienes.

Sus causas y tipos son diferentes, veamos paso a paso:

Las ojeras

Llamamos ojeras al ensobrecimiento o aumento de la pigmentación de la piel alrededor de los ojos. En las mujeres se dan con mayor frecuencia que en los hombres y sus causas son muy variadas: falta de descanso, falta de hidratación adecuada, factores genéticos, o incluso pueden ser consecuencia de algunas alergias y enfermedades como el eczema.

Prevención y tratamiento de las ojeras

1.- Averigua si padeces algún problema de salud que pueda ser el causante de tus ojeras: alergias, estacionales, deshidratación, eczema, fiebre del heno y alergia al moho. Si es así, lo más recomendable es que te pongas en manos de un especialista y sigas el tratamiento recomendado.

2.- Mantente bien hidratado. A veces no prestamos suficiente atención a nuestra hidratación y ello puede generar la aparición de ojeras.

3.- Presta atención a tu descanso. La falta de sueño es sin duda el factor que más se asocia comunmente con la aparición de ojeras. Necesitamos dormir un mínimo de 6 horas diarias y además vigila si duermes con la cara hundida en la almohada. No es que eso sea un factor decisivo en la aparición de tus ojeras, pero es cierto que generará edema facial. Si tienes ojeras, la hinchazón de la zona solo contribuye a empeorar la situación.

4.- Atención a la temperatura de la zona. Las ojeras son más frecuentes en los hombres durante las épocas calurosas. Una solución puede ser aplicar compresas frías en la zona durante unos 15 minutos al día. Rebajarás la hinchazón, ayudará a relajarte y notarás cómo se atenúan tus ojeras.

5.- Aplica vitamina E en la zona. La vitamina E ayuda a suavizar la piel y mejora la pigmentación de la zona. Puedes encontrar cremas con vitamina E para suavizar la zona debajo de los ojos.

Las bolsas en los ojos

Son muchos los factores que influyen en la retención de líquidos y grasas localizadas bajo los ojos: el tabaquismo, alcohol, la falta de una dieta sana, rica en vegetales y reducida de sal, el cansancio y el estrés acumulado, alergias y sobre todo, factores genéticos que contribuyen a la retención de líquidos y un mal drenaje de la zona.

Hay tres tipos de bolsas fundamentalmente:

1.- Bolsas acuosas, se deben a la retención de líquidos y sus causas fundamentales son las anteriormente relacionadas.

2.- Bolsas de grasa localizada. Al igual que la anteriores, se producen por exceso de acumulación de tejido adiposo bajo los ojos y sus causas pueden ser múltiples.

3.- Bolsas de origen genético o hereditario. Si te han tocado, no hay mucho que hacer. Tarde o temprano tienden a desarrollarse.

Existen multitud de tratamientos paliativos y recetas milagrosas, algunas tienen un 'efecto flash' que dura unas cuantas horas antes de volver a manifestarse. Lo mejor es utilizar tratamientos específicos para el contorno de ojos (gel refrescante por las mañanas y cremas para tratarlas durante la noche), antes de que aparezcan de forma muy evidente. Su eficacia es visible a medio y largo plazo.

También habrás oido hablar de remedios caseros a base de almidón de patata, colocar bolsas de infusiones y compresas muy frías en la zona, etc...

Además de todos estos remedios, es aconsejable modificar algunas conductas:

Hacer una dieta sana baja en sal y rica en verduras. Especialmente en las cenas, antes de ir a dormir, para evitar digestiones pesadas y una menor retención de líquidos.

Hidratarte adecuadamente,  y hacer ejercicio de manera habitual para 'poner tu organismo en funcionamiento' y favorecer la eliminación de lípidos.

Evitar el tabaco, el alcohol y las bebidas estimulantes

Dormir como mínimo 6 u 8 horas diarias y preferiblemente con la cabeza más alta que el cuerpo, para favorecer el drenaje de líquidos en la zona

Mantener siempre la piel limpia e hidratada de la zona, lavar la piel con agua fría por las mañanas y utilizar tratamientos cuidados específicos.

La solución química

Si aún así no quedas satisfecho, siempre puedes recurrir a la Blefaroplastia química, una sencilla técnica que se realiza en consulta y que no requiere anestesia. Previa limpieza de la piel del párpado, se aplica una fórmula especial de “peeling medio” localizado y lo deja actuar unos segundos. Este peeling medio provoca una descamación de la capa superficial de la piel (la epidermis dañada) de forma controlada que puede ser de TCA (ácido tricloroacético) o de Fenol, según el tipo de piel.

Posteriormente, se aplican unos polvos cicatrizantes que aceleran la curación de la herida durante los primeros días, con lo que la piel dañada se descama antes y se sustituye por piel regenerada sin arrugas ni manchas.

El tratamiento dura menos de 10 minutos y los resultados son muy duraderos, ya que lo que se consigue con este procedimiento es una epidermis nueva y regenerada, sin arrugas ni flacidez.