Luis Suárez vale por tres
Un hat-trick del uruguayo acabó con un debílismo Guangzhou, en el que no jugó Robinho. Messi fue baja por un cólico nefrítico. El Barça ganó sin gastar. El domingo, final ante River.
El Barcelona estará el domingo en la final del Mundial Clubs ante River Plate después de superar en las semifinales al campeón de Asia, el Guangzhou chino por 3-0 en un partido en el que a la baja ya supuesta de Neymar se añadió a última hora la de Leo Messi, al que un cólico nefrítico dejó fuera de combate. Ya había dicho en la previa Scolari que la baja de un jugador como Neymar trastocaría a cualquier equipo, pero que el Barça era diferente. Pues bien, encima, a Neymar se le sumó Messi y el club catalán capeón con solvencia la situación.
La baja de ambos astros no fue mayor problema para que el Barcelona impusiera la lógica y ganara al equipo de Scolari, que salió claramente a verlas venir. El planteamiento de Felipao de montar un cerrojazo a lo grande se vio superado por la clase de Andrés Iniesta, que se erigió en el director del juego de su equipo y encontró en Suárez un socio perfecto para liquidar un partido que al Barcelona le costó encarrilar.
Con el equipo chino atrincherado en defensa, al Barcelona no le quedaba otra que mover la pelota en busca de ir madurando el partido y la resistencia de un rival que durante la primera hora renunció claramente a buscar la portería del Bravo. El Guangzhou no realizó su primer contragolpe hasta el minuto 36 de partido, justo después de que su zaguero Zhou Zheng hubiera de ser sustituido tras una escalofriante lesión que se produjo al caer de mala manera.
Iniesta, el amo del partido de inicio a fin, ya había colocado dos asistencias de gol que ni Munir primero ni Alves después pudieron culminar, pero el de La Mancha seguía en estado de dulce y tras llevar la pelota pegada al pie sorteando rivales en el balcón del área cedió un balón a Rakitic que éste chutó con potencia desde lejos. El portero falló clamorosamente en el despeje, dejando el balón muerto en el área a merced de Suárez, que aprovecha más rebotes que Ibaka.
Con el cerrojo chino abierto, parecía que el partido estaba encaminado, pero el Barça volvió a sufrir una de esas desconexiones que tantos problemas le están dando últimamente. En la primera aproximación seria de los chinos al área blaugrana, Elkeson se adelantó a Piqué y colocó un cabezazo que obligó a que Bravo a lucirse.
Con el 1-0 y la sensación de que el partido estaba en el bote a poco que el equipo blaugrana pusiera los cinco sentidos en el campo se llegó a la media parte. En el descanso, la charla de Luis Enrique respecto a los despistes funcionó a la perfección y el Barcelona, siempre de la mano de la sociedad Iniesta-Suárez, puso proa a la final contra River.
En un tuya mía de fantasía, Suárez e Iniesta se fabricaron el segundo tanto barcelonista a los cinco minutos de la reanudación que ya dejaba el partido visto para una sentencia que rubricó el propio uruguayo trasformando un penalti más que riguroso sobre Munir completando así un hat-trick.
Pensando en lo que se avecina y en el poco descanso que tendrá el equipo en la final ante River, el técnico asturiano retiró del campo a Jordi Alba, Sergi Roberto y a Iniesta, que también en Japón salió del campo ovacionado. Suárez fue el martillo pilón, pero el arquitecto de la goleada fue el manchego que ayer estrenaba un peinado mohicano que le dio suerte.
Ahora, toca valorar el estado de las dos estrellas del equipo de cara al partido decisivo, pero si Iniesta y Suárez siguen a este nivel, hasta la ausencia de estos genios puede superarse, como ya dijo Scolari.