Desde el primer momento en que se aprobaron las primeras vacunas contra el coronavirus, el Ministerio de Sanidad trazó un plan para administrar las dosis según fueran llegando. Así, era esencial inmunizar primero a los más vulnerables, los ancianos en residencias junto con el personal que se encarga de cuidarlos.

Tras ellos llegó el turno del resto de sanitarios, tanto en primera línea de la lucha contra el SARS-CoV-2 como el resto y otros trabajadores esenciales. A partir de ahí, ha ido primando el rango de edad: superiores a 90 años, a 80, y así sucesivamente. Mientras, la vacuna de AstraZeneca se ha ido empleando para personas de hasta 55 años, toda vez que no había muchas pruebas de su efectividad en un rango de edad mayor. Este límite posteriormente se amplió a los 65.

Ahora, tras una nueva actualización (la quinta) de la estrategia de vacunación, se dará prioridad a cerca de 335.000 pacientes con unas patologías concretas que suponen un riesgo mayor de sufrir un cuadro más grave de la enfermedad. Se adelanta, también, la vacunación a unas 10.000 personas con síndrome de Down de más de 40 años.

Cáncer, VIH, trasplantes...

Así, el documento del ministerio cataloga como de "muy alto riesgo" a estas casi 365.000 personas que recibirán la vacuna en sus centros de salud de forma paralela al grupo de edad de entre 70 y 79 años, si no les corresponde antes por edad. Para su inmunización se hará uso de cualquiera de las tres vacunas aprobadas, aunque se primarán las de Pfizer y Moderna (las de ARN) "con la finalidad de alcanzar la mayor protección en un periodo de tiempo menor".

Aunque en actualizaciones recientes ya se había informado de a quién afectaría esta medida, ahora se precisa el número de personas a las que afecta. Entre ellos se encuentran los que tienen trasplante de progenitores hematopoyéticos (médula ósea), trasplante de órgano sólido y quienes estén en lista de espera para ello, personas con hemodiálisis y diálisis peritoneal, enfermedad oncohematológica, cáncer de órgano sólido (en tratamiento con quimioterapia citotóxica, cáncer de pulmón en tratamiento con quimioterapia o inmunoterapia), pacientes con VIH y personas con inmunodeficiencia deprimida.