Todo fueron buenas noticias para los Lakers en un viernes cerrado con una paliza de 116-94 a los Minnesota Timberwolves que pone al club californiano (29-30) con el pie ya en el umbral de la zona de playoffs del Oeste. El día había comenzado en L. A. con la luz verde del doctor Steve Yoon a Pau Gasol (tras un control de ultrasonidos en el pie lesionado por desgarro de la fascia) para que Pau empezara las sesiones de recuperación aeróbicas. Gasol se había dejado ver junto a Ricky Rubio por el ‘campus’ de Westwood, la noche anterior, en el duelo universitario UCLA-Arizona State, pero de inmediato y con el permiso de Yoon, se subió a unas elípticas, se fotografió y publicó la imagen en Twitter.
En un mes, Pau ‘debería’ estar de regreso en las pistas con uniforme de jugador… pero antes se sentó en el banquillo ‘laker’ en el Staples Center para contemplar lo que empezó como una exhibición de Ricky Rubio, que facilitó seis asistencias en el primer cuarto… y nueve antes del descanso. Entre Rubio y J. J. Barea (20 puntos, cinco asistencias), los Wolves aguantaban el ritmo… hasta que Kobe Bryant, serio, ceñudo y concentrado, tomó el timón del partido, anotó los siete últimos puntos de los Lakers en la primera parte y, desde el 50-44 del minuto 22 se llegó al descanso en 57-47.
Bryant arrancó la segunda parte como un tiro, con dos triples en dos minutos: 63-51, de paso para el 91-75 que cerró el tercer cuarto. A esas alturas, Kobe ya firmaba 33 puntos (13/22 en tiros), cinco rebotes y cinco asistencias… y ya no iba a aparecer en pista en el último cuarto. Con 13 puntos, 13 frescas asistencias y ocho rebotes, un brillante Ricky Rubio bordeó el primer ‘triple doble’ de su carrera en la NBA. “Ricky siempre me ha encntado, juega con un brillo especial en la mirada”, apuntó Steve Nash, autor de diez puntos y siete asistencias.
En el primer cuarto, los Wolves perdieron a Nikola Pekovic, con un tirón muscular. El serbio cerró cuentas con ocho puntos en nueve minutos de acción. Luke Ridnour agregó 19 a los Wolves… pero seis jugadores de los Lakers anotaron diez o más puntos hasta completar el 116-94 definitivo. Con once puntos, 13 rebotes y cuatro tapones, Dwight Howard consolidó el gobierno ‘laker’ sobre los Timberwolves, rebajados de tonelaje por el abandono de Pekovic: los Lakers arrollaron en el macador de rebotes por 49-35… y con 16/32 en tiros de tres, les faltó anotar un solo triple para igualar el récord del club (17) en un partido carente de prórrogas. Jodie Meeks anotó 16 puntos, con 4/9 en triples. Steve Blake, 13 puntos y 3/5 en tiros. El trío de reservas Meeks-Blake-Jamison aportó a los Lakers 42, 17 rebotes y siete asistencias. “Estoy encantado con la gente que salió del banquillo, pero el que cambió el partido en defensa fue Howard. Hemos de conseguir que el balón le llegue más veces”, resumió Mike D’Antoni. Los Lakers reciben el domingo a Atlanta Hawks en otro partido crucial.
Antes, en Indianapolis, unos Clippers que imponen habían cortado en seco las aletas de los Pacers, en racha de triunfos: fue 91-99 para los Clippers, merced a los desatados Chris Paul (29 puntos, ocho asistencias, seis rebotes) y Blake Griffin: 18 puntos, 14 rebotes. Jamal Crawford ayudó lo suyo: 23 puntos, con 9/16 en tiros. Los Pacers disfrutaron de 22 puntos de Paul George y 20 de David West, pero bajo tableros no supieron reequilibrarse tras la baja del gigante Roy Hibbert, suspendido por la NBA después de la reyerta ante los Warriors. Los Clippers, ya en balance de 42-16, ganaron el tanteo parcial de cada uno de los cuatro cuartos, hoy hacen escala en Cleveland… y el domingo reciben a Oklahoma City Thunder, todo un duelo en la cima del Oeste. “Creo que la gente nos espera ya con preocupación en cada campo adonde vamos y creo que ya estamos llegando a ser como uno de los equipos de élite, como San Antonio o Miami”, avisa Chris Paul.
Y en Chicago, los Bulls aprovecharon ante los Sixers de Doug Collins la descomunal noche de Joakim Noah: 23 puntos, 21 rebotes y una monstruosa plusmarca personal de once tapones, todo en 45:00 de acción. Noah iguala la marca de tapones de la franquicia de Chicago (Artis Gilmore, 1977), en un partido sin prórrogas. Al fin fue 93-82 para los Bulls, que venían de perder dos veces seguidas. Los sueños de los playoffs de los Sixers se van esfumando entre una racha negra de siete derrotas. Gracias a la explosión de Noah, los Bulls dominaron por 53-47 en rebotes pese a 20 puntos y 15 rechaces de Spencer Hawes para los Sixers (y 22 de Jrue Holiday). Carlos Boozer (21 puntos, 12 rebotes) fue el mejor refuerzo de Noah. Les dieron escolta desde el exterior Kirk Hinrich y Luol Deng, con 15 y 12 puntos respectivamente. Los Bulls aún no tienen fecha para el retorno de Derrick Rose. El inteligente Doug Collins, que dirigió a los Chicago Bulls de Michael Jordan hasta 1988, lo ve así: “Con la tremenda inversión que los Bulls están haciendo en Rose, uno tiene que estar seguro de que el chico está completamente listo para jugar”.
