Un Liverpool sin defensa, pero con Klopp, Salah, Firmino y Mané

Nueve años después aparece el Liverpool en los cuartos de final. No dio opción al Oporto con una goleada señalada en Portugal y pretenderá restituir ahora su pedigrí europeo. Es un equipo de extremos. Cuenta con distintas posibilidades ofensivas en ataque dentro del ritmo alto que imprime a sus partidos, pero concede margen a sus oponentes dadas sus frecuentes equivocaciones defensivas. Es la impronta de Klopp, promotor siempre de contextos similares por todas las instituciones que pasa.

Tiene el Liverpool a su tridente particular, una vez perdió a Coutinho en el mercado de invierno. Firmino, Mané y Salah son futbolistas de alta velocidad y enormes condiciones técnicas que brotan dentro de la propuesta vertiginosa que tanto le gusta a Klopp. El técnico alemán, que no tiene un sistema fijo aunque el que más utiliza es el 4-3-3, no ha podido corregir los desatinos sin balón de un equipo que blandea en su propio campo, protegido de aquella manera por Karius (Mignolet ha caído al banquillo) en la portería y con laterales (ahora Alexander-Arnold y Robertson) y centrales (Lovren y el carísimo Van Dijk) propensos a la confusión. El conjunto red se define por su facilidad para avanzar al contraataque en campo abierto, pero también registra la cualidad de descifrar situaciones a su favor en jugadas en estático. Los hombres de la medular (Çan, Milner, Oxlade o Wijnaldum) emergen como llegadores en un equipo con una racha notable en este 2018. 

Virtudes

Ambición. Se ha mostrado hasta ahora como un equipo con hambre y en crecimiento durante los últimos meses.

Defectos

Disfunciones. El duelo del Pizjuán contra el Sevilla en fase de grupos, en el que ganaba 0-3 al descanso y se dejó empatar, pone de relieve sus distracciones durante un partido.

Portería. La dudosa trayectoria de Mignolet en el Liverpool no se sostenía por ningún lado. Le relevó Karius, que tampoco resulta un seguro. 

Estrella: Salah (25 años)