CHAMPIONS LEAGUE | BARCELONA-ROMA
El Roma se aferra al 4-3-3 de Di Francesco y al muro de Alisson
El rival más accesible dem bombo. Presume de un mediocampo notable (De Rossi, Strootman y Nainggolan) y pegada con Dzeko. Notable Alisson.
El rival que todo el mundo quería. Nadie esperaba que el Roma alcanzase los cuartos de final de la Champions. Sorprendió en la fase de grupos al acabar primero por delante del Chelsea y dejando fuera al Atlético. Un triunfo meritorio que le reivindicó y le colocó en una posición inesperada en la competición. Le tocó en suerte el Shakhtar en octavos y superó la eliminatoria no sin sufrimiento. Su nivel dista del resto de equipos presentes en el bombo, pero tiene condiciones para ser un incordio.
Con Monchi en los despachos de Trigoria, se respira optimismo y el proyecto tiene credibilidad. No tiene más aspiración que llegar lo más alto posible en todas las competiciones, desligado del deber de ganar. Di Francesco ha amoldado con éxito su irrenunciable 4-3-3 a la plantilla del Roma y pretende seguir con la construcción de un equipo que no especula en ataque. La victoria en Nápoles de hace dos semanas dejó ver a un equipo efectivo y solidario. El trío de la medular (De Rossi, Strootman y Nainggolan) se presenta como su línea más relevante, afinado su flujo ofensivo con la incidencia de Ünder, el penúltimo descubrimiento de Monchi, y Perotti y el poder de resolución de Dzeko, decisivo contra el Shakhtar. Atrás encuentra en Alisson un portero de absolutos credenciales. Su temporada está siendo extraordinaria. Por él pasa cualquier opción del Roma de rebasar el listón de los cuartos.
Virtudes
Competitividad. El Roma concursó de tú a tú con Chelsea y Atlético. Un aviso de lo que puede ofrecer.
Encaje correcto. Suele estar bien posicionado y apenas concede espacios. Líneas muy juntas y un sistema de ayudas trabajado.
Defectos
Rigidez en los centrales. Manolas y Fazio, también Juan Jesús, no son defensas útiles en campo abierto y padecen los desmarques a sus espaldas. Titubeantes ante las contras rivales.
Escasas variantes. Su firmeza táctica se puede traducir en previsibilidad y pobre capacidad de sorpresa.