Marcos Riquelme y su sufrido camino para llegar al fútbol
A los 22 años trabajaba en una fábrica de plástico y en cinco años dio vuelta una historia en la que el fútbol profesional parecía no tener cabida.
Marcos Riquelme tenía 22 años y trabajaba de lunes a viernes en una fábrica de botellas de plástico. Algunos fines de semana le tocaba turno y debía estar 12 horas. En esos domingos se perdía los encuentros de la liga amateur, aunque siempre había algún 'resquicio' para poder jugar. "En algunos partidos importantes me hacía el enfermo, jajajá", recuerda. Esos duelos en ligas regionales eran su máxima aspiración y ser futbolista profesional parecía un imposible. Sin embargo, en cinco años, todo eso cambió.
-¿Por qué razón no pudo hacer divisiones menores en algún equipo?
-Mi familia era grande, somos 10 hermanos y sólo mi papá trabajaba, él era albañil y muchas veces lo acompañaba. No había plata para locomoción o pagar cuotas en algún club. Más me dedicaba a estudiar. Había chicos del barrio que sí iban a algún equipo y entrenaban, yo sólo veía eso desde lejos. De hecho tengo un amigo, Gustavo Colman, que llegó a ser profesional. Hoy está en Rosario Central.
-Después entró a trabajar... ¿qué pasó con el fútbol ahí?
-Jugaba en una liga zonal de mi barrio en el club Antonio Toro y ahí me vio Fénix, club de la última categoría argentina. Hasta ahí, con 22 años y ya trabajando, nunca había pensado que el fútbol iba a ser lo mío. Acepté la oferta, dejé la fábrica y sólo me dediqué a entrenar, no bajé los brazos.
-Ahí entra a su vida Pablo Guede que lo trae a Palestino, ¿qué significa él en su carrera?
-Me vio en la B Metropolitana y estoy muy agradecido de él. Fue el primero que confió en mí y desde el primer día que me llamó no dudé en aceptar. Era un lindo desafío y aprendí mucho. Es un DT que te deja muchas enseñanzas y te ayuda a crecer como jugador y como persona.
Sus tres goles a la UC y sus sueños en Audax
"Cuando jugaba en Palestino le llevaba dos goles a la U. Hubo un penal y lo perdí. Esa fue la primera vez que pude hacer un triplete. Lo peor de todo es que íbamos ganando 4-2 y al final nos empataron. No pude dormir dos noches por la culpa", rememora el '9'.
Sin embargo, hace dos semanas tuvo su revancha con tres goles a la UC. Se metió entre los goleadores del torneo y ayudó a que Audax esté en la parte alta de la tabla.
"Recibí muchos mensajes de amigos y familiares, fue una noche soñada, uno de mis mejores partidos. Antes del duelo con Católica pensábamos más en la tabla de abajo y hoy ya nos vemos con chances de pelear el campeonato", afirma.