El clan Keitel y sus sueños de triunfo en el atletismo chileno
Sebastián y Elisa Keitel, hijos del 'blanco más rápido del mundo' quieren seguir la huella de su padre. No les pesa el apellido y ya tienen medallas escolares.
Sebastián Keitel alcanzó todos los logros necesarios para que lo apodaran el blanco más rápido del mundo. Fue abanderado chileno en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 y aún tiene los récords nacionales en 100 y 200 metros planos.
El ex deportista chileno siguió los pasos de su padre y abuelo, que también destacaron en la especialidad. Y por esa razón es que el apellido seguirá vinculado al atletismo por varios años más, puesto que sus hijos también siguen su huella.
Sebastián, de 19 años y estudiante de ingeniería comercial, ganó hace un año la medalla de oro en un mundial escolar realizado en China. "Fue algo increíble. Era al otro lado del mundo y eso trajo muchas consecuencias. La gente me reconoce por eso", recuerda.
Y Elisa, de 15 años, tampoco se queda atrás. La joven ganó cuatro medallas de oro en el Interescolar Mario Correa. "Eso fue un gran logro porque salí la mejor atleta del campeonato, lo que nunca me había pasado", explica.
El apellido no les pesa en ninguna competencia y el padre está feliz. "Ellos tomaron las herramientas que aprendieron cuando chicos y las aplican en sus vidas. Ahora cambiamos los roles y yo los veo desde arriba", cuenta.
Juegos Olímpicos
"Mi mayor logro fueron mis hijos", agrega el ex deportista que, sin duda, sueña con algún día verlos en unos Juegos Olímpicos, la única competencia donde él quedó en deuda.
Solo participó en el 1996, donde quedó en el lugar 39° de 80 participantes. "Me fue mal. No quedé contento, pero no estaba preparado porque venía de una lesión". Y esos mismos problemas físicos lo dejaron fuera de Sidney 2000, competencia donde hubiese llegado en su mejor momento.
Los hijos, eso sí, entrenan para cumplir esa tarea pendiente del padre, mientras disfrutan Río 2016 por televisión. "Ha sido todo increíble y he visto varios deportes", cuenta Sebastián, al mismo tiempo que Elisa se enfoca solo en el atletismo, deporte en el que espera hacer historia en un par de años más.