Moreira reina en la Cueva del Monstruo; Herediano, finalista
El portero de Herediano fue la gran figura de un encuentro cardíaco: tres atajadas notables en tiempo de juego y dos penaltis para enviar a los 'Florenses' a la final contra Alajuelense.


Un poema épico se recitó en el Ricardo Saprissa. El Cantar del Mío Cid versión tica. Un partido de alto ritmo cardíaco y una definición sobrecogedora, a la estatura de 120 minutos de fútbol en mayúsculas y negritas. El 'Monstruo' murió en la Cueva, acuchillado por los guantes de metal de Moreira, púas en las palmas, el verdadero monstruo de la velada en la catedral del fútbol costarricense. El gol de Venegas abrió las puertas del Tártaro que las manos de Moreira cerraron después de 120 minutos y el drama de los penaltis.
EN VIVO ⚽️ | HEREDIANO CONSIGUE EL PASE A LA FINAL. @SaprissaOficial (1) 2 - 4 (1) @csherediano1921
— AS USA Latino (@US_diarioas) November 29, 2018
REVIVE TODAS LAS ACCIONES AQUÍ. 📲 👇https://t.co/oUKPaAEtmr
Noticias relacionadas
El primer tiempo fue un descarnado intercambio de golpes, con saña y a puño limpio. La sangre escurrió por el césped del Ricardo Saprissa. La velocidad de Jimmy Marín, un émulo de la mejor versión de Hirving Lozano, liviano y supersónico, desgastó a la defensiva de Saprissa como una serie de golpes de 'Canelo' Álvarez. Suyo fue el primer gesto de grandeza que vio la noche: un intento de gol olímpico que Briceño despejó con el cuerpo dentro de la zona de gol y las palmas por delante de la línea. Ortíz perdonó a Saprissa con un cabezazo en el corazón del área, franco, sin marca, minutos después a la espeluznante lesión de Barrantes, cuyo tobillo se dobló como hoja de papel. Los estudios médicos definirán la gravedad, pero su viaje al hospital en pleno partido no es un buen augurio.
Sin su escudero, Saprissa apeló al corazón antes que al arte. En pleno latir, Bolaños trazó desde la izquierda y Venegas, en viaje de cabeza hacia el suelo, casi en plancha sobre el césped, cabeceó un balón subterráneo que reposó en el rincón de ratón al que no llegó Briceño. El gol de Venegas, que desafío las leyes de la física, echó cerrojo al partido, que perdió color mientras la guerra seguía cobrando víctimas: los gemelos derechos de Saravia pidieron descanso antes del entretiempo. La segunda mitad la podemos definir como el monólogo de Leonel Moreira, frente a la tregua que ambos equipos instalaron para velar armas rumbo al tiempo extra. Angulo y Venegas probaron suerte, pero el arquero escupió las balas masticadas. Incluso, se dio tiempo para desenfundar el arma cuando Arrieta le disputó un balón por alto. El aquelarre pareció los esbozos de una pelea de barrio. Cinco amonestaciones actuaron como cañonazos de agua. El show debía continuar.
La prórroga fue Apollo Creed y Rocky Balboa II, sin guardia, extenuados, sangrientos, con los ojos desviados, acribillándose a golpes sin cuartel. Y siempre estuvo Moreira. Negó a Torres, con lanzamiento inspirado en Keylor Navas, y rebañó con las piernas el enésimo intento de Blanco. Cuando Burke picó la pelota y Briceño evitó el gol más bobo del planeta, la muralla del medio campo explotó. Herediano terminó el partido con cuatro mexicanos sobre el terreno de juego: Gerardo Lugo, Aldo Magaña, Antonio Pedroza y Omar Arellano. La ausencia del gol fue un milagro. En penaltis, Saprissa no obtuvo el propio, que era que Moreira contrajera la peste negra. Briceño detuvo el timorato disparo de Junior Díaz, Lugo, Magaña y Arellano eligieron el borde derecho para engañar a Briceño y el arquero de Herediano vengó a su lateral con dos lances calca: viaje hacia su derecha, firme, y guantes de titanio. Guzmán y Blanco tendrán pesadillas protagonizadas por Moreira. Mientras despiertan, los Florenses dirimirán con Alajuelense quién enfrentará, de nueva cuenta, a Saprissa en la Gran Final del Apertura 2018, después de una noche de poema época firmado por el guardameta de Hereida.

