Tres partidos en ocho días. El trajín de una competición como el Mundial de Clubes es alto. Por ello, Seattle Sounders ha decidido tomarse las cosas con un poco de calma ahora. El Rave Green dispuso de un día de descanso este viernes. Una jornada de desconexión necesaria antes de afrontar el mayor reto de su participación en el Mundial de Clubes: el campeón de Europa, el París Saint-Germain.

Los jugadores del Sounders no tuvieron ningún tipo de actividad este viernes, pese a ser el único equipo del torneo en no cambiar de sede: todos sus partidos en la fase de grupos son en Lumen Field, en casa. Brian Schmetzer concedió la jornada de asueto para volver a la actividad intensa este fin de semana: sábado de sesión regenerativa y análisis, y domingo de entrenamiento matutino, como ha sido la normativa durante el Mundial de Clubes, y atención a la prensa, tanto en su bunker situado en Renton, como en el Lumen Field. La plantilla está dolida por los resultados, pero satisfecha con el tono de sus presentaciones frente a dos potencias del fútbol global. Las lecciones a futuro son igualmente valiosas.

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Seattle necesita de una victoria frente al vigente monarca de la Champions por más de tres goles de diferencia para aspirar a un lugar en los octavos de final de la competición. Una prueba que se antoja difícil. Además, el hipotético triunfo debe combinarse con un descalabro del Atlético de Madrid contra el Botafogo. No obstante, el sorprendente triunfo del ‘Fogão’ al PSG en el Rose Bowl ha dejado la puerta entreabierta para el Sounders. El reto es titánico. “El camino no es más fácil para nosotros”, lamentó Schmetzer.

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