¿Qué tan fuerte sería una selección yugoslava actual?
La Guerra de los Balcanes en la década de los 90 partió a Yugoslavia en varios países. Varios basquetbolistas de la NBA nacieron durante o después del conflicto.
El mayor conflicto bélico en Europa desde la Segunda Guerra Mundial devastó a los Balcanes. La guerra, desencadenada tras la caída del régimen comunista que comandó Josip Broz 'Tito' hasta 1980, potenciada por los conflictos étnicos y religiosos que asolaban a la región. La sangría, que generó más de cuatro millones de desplazados y el sitio más largo a una ciudad en la historia militar (a Sarajevo), terminó con la disolución del país en seis naciones con reconocimiento internacional unánime (Bosnia y Herzegovina, Croacia, Eslovenia, Macedonia, Montenegro y Serbia) y una, cuyo reconocimiento sigue en debate (Kosovo).
Todos los aspectos de la vida diaria fueron trastocados por la guerra. El deporte, por supuesto, no era ajeno a ella. El baloncesto, como una de las pasiones más intensas de la antigua Yugoslavia, sufrió el conflicto. En 1990, en los prolegómenos de la guerra, descorchada por la declaración de independencia de Croacia y Eslovenia después de décadas de tensión étnica entre croatas-serbios-kosovares-albanos, la selección yugoslava de Dušan Ivković se consagró como campeona del mundo. El roster era de época: Toni Kukoc, Željko Obradović, Vlade Divac y el eterno Drazen Petrovic eran las estelas más deslumbrantes. Sin embargo, la guerra se abrió paso entre la gloria. La conquista estuvo manchada por el desdén de Divac a una bandera croata que ondeaba entre las gradas. El entonces jugador de los Lakers arrebató el lábaro al aficionado, mientras Yugoslavia se asomaba al abismo. Más tarde, Divac explicó que el instante no trataba de banderas, sino de celebrar el logro, por lo que habría hecho exactamente lo mismo si habría visto una bandera serbia. El gesto lastró su amistad con Drazen Petrovic, hasta entonces muy cercana. Y simbolizó la ruptura del país.
Desde entonces, croatas, serbios, montenegrinos, eslovenos disputan las competencias FIBA con las selecciones de sus nuevos países, adscritas a la Federación Internacional desde su reconocimiento internacional a mediados de los 90. No obstante, Yugoslavia apenas vio lesionada su fortaleza basquetbolística; lograron el bicampeonato mundial en 1998 y 2002, consecutivamente. Y, ya bajo el nombre de 'Serbia', disputaron la final de la edición de 2014, en la que claudicaron frente a Estados Unidos. Desde los años de la posguerra, variedad de jugadores balcánicos han incursionado con mayor o menor éxito en la NBA. La pregunta hipotética siempre ha estado en el aire, ¿y si Yugoslavia no se habría segmentado, el 'Dream Team' tendría competencia real? Quizá la guerra fue consecuencia directa de que los jugadores actuales ostenten tal habilidad y que, sin ella, quizá no habrían despuntado como basquetbolistas. Los hijos de la guerra. No obstante, el ejercicio versa sobre lidiar a la mejor selección, con los nombres actuales, que presentaría Yugoslavia en una competencia FIBA oficial.
El quinteto ideal lo tendría todo. La intensidad de Milos Teodosic (Los Angeles Clippers - Serbia) en la posición de base; la clarividencia y el desparpajo de Luka Doncic (Dallas Mavericks - Eslovenia) como escolta, incluso ejerciendo de base junto a Teodosic en las jugadas de pick&roll; el gran juego externo de Bojan Bogdanovic (Indiana Pacers - Croacia), el dominio del perímetro y el tiro a media distancia de Dario Saric (Minneosta Timberwovles -Croacia) y la potencia en la pintura de Nikola Jokic (Denver Nuggets - Serbia). Y dirigidos, claro, por Željko Obradović, integrante del mítico equipo de los 90 y convertido, ahora, en el máximo ganador de Euroligas en la historia (nueve); una leyenda del baloncesto FIBA. Creatividad, juego externo, tiro a distancia y control de la pintura. Estados Unidos tendría una gran oposición.
¿Y profundidad de banquillo? Para entrar en la rotación están, Jusuf Nurkic (Portland Trail Blazers - Bosnia), Boban Marjanovic (Los Angeles Clippers - Serbia), Nemanja Bjelica (Sacramento Kings - Serbia), Bodgan Bodganovic (Sacramento Kings - Serbia), Mario Hezonja (New York Knicks - Croacia), Goran Dragic (Miami Heat - Eslovenia), Nikola Vucevic (Orlando Magic - Montenegro). Y eso que solo contamos a los NBA. Faltan los jugadores regados por la Euroliga. Un equipo de ensueño. Como el de 1990.