Puerto Rico, bicampeón de la Serie del Caribe
Los Criollos de Caguas se impusieron 9-4 a las Águilas Cibaeñas y se llevaron el título de la Serie del Caribe por segundo año consecutivo.
Será la fuerza del batazo. Será que la séptima entrada tiene este tipo de cosas. O será, simplemente, que la bola tiene esa mágica capacidad de volar a lo profundo del parque para cambiar la historia en un instante. El cañonazo de Jonathan Morales viaja entre el izquierdo y central para superar la barda. Cuadrangular de tres carreras. Y Puerto Rico, que había estado abajo todo el juego, da vuelta a la pizarra. Ventaja que los Criollos de Caguas no sueltan más, hasta proclamarse bicampeones de la Serie del Caribe 2018, en Guadalajara. Pizarra final: 9-4 en el Estadio Charros.
Apenas en la primera entrada, la ofensiva dominicana aprovecha a la perfección un par de pasaportes. Gustavo Núñez recibe una base por bolas y enseguida se roba la segunda base. Junior Lake también recibe pasaporte. Hombres en primera y segunda con dos outs. Juan Pérez conecta un doblete que impulsas los dos primeras carreras del juego.
En el tercer episodio, la puerta se abre de la misma manera: base por bolas para Gustavo Núñez. Enseguida, Junior Lake viene a la caja de bateo. Tablazo al jardín izquierdo. Limpio doblete que permite a Núñez llegar al plato. República Dominicana toma ventaja de 3-0.
Pero los Criollos de Caguas, campeones defensores de la Serie del Caribe, no piensan ceder la corona sin primero lucha. En la baja del mismo tercer inning, Rusney Castillo encuentra la bola. Sólido batazo entre el jardín izquierdo y central. Al fondo, por encima de la barda. Solitario cuadrangular para acortar la distancia.
Las Águilas Cibaeñas vuelven a estirar la ventaja. En el cuarto episodio, Carlos Paulino recibe base por bolas. Después, un wildpitch le permite ir a segunda. Luego, dos errores consecutivos por parte de la defensiva boricua: el del segunda base, Irving Falu, lo lleva a la antesala y el del tercera base, David Vidal, provoca que Paulino finalmente llegue al plato de home. Sin conectar un solo hit, República Dominicana sube la cuarta carrera a la pizarra.
El abridor dominicano Raúl Valdés domina a la ofensiva boricua durante seis extraordinarias entradas. Pero la séptima, esa que llaman fatídica, resulta una pesadilla para él. Empieza a perder el control con el que tanto ha lucido. Primero, pasaporte para Anthony García. Después, otra base por bolas para David Vidal. Es todo para el pitcher. En su lugar, Ramón Ramírez sube al montículo.
Sufre desde el principio: un wildpitch permite a los corredores avanzar a segunda y tercera. Rubén Gotay le conecta una línea de hit al jardín derecho. García y Vidal anotan. La pizarra se mueve: 4-3 todavía a favor de República Dominicana. Pero Puerto Rico amenaza. Está decidido a convertir la séptima en una entrada memorable.
Dayron Varona pega sencillo al central y es todo para Ramón Ramírez. El manager llama al pitcher Wirfin Obispo, que viene a trabajar con dos hombres en base y solo un out. Jonathan Morales a la caja de bateo. Una bola y un strike. Al tercer lanzamiento, swing poderoso. Batazo entre izquierdo y central. A lo profundo del Estadio Charros.
La afición de pie. El dugout boricua se vacía. Todos contemplan ese viaje de gloria. Los jardineros la siguen por inercia. Es inútil el esfuerzo. Por encima de la barda. Cuadrangular de tres carreras. Morales se lleva por delante a Gotay y Varona. La pizarra da vuelta: ahora está 6-4 para los Criollos de Caguas, que sueñan con su Segundo título consecutivo en la Serie del Caribe.
Todavía en la octava, Puerto Rico estira su ventaja. Un doblete de Johnny Monell impulsa a Jasmuel Valentín y Anthony García. Después, un sencillo de Rubén Gotay parte el diamante y lleva a Monel hasta home. La pizarra toma forma definitiva: 9-4 para los Criollos de Caguas. Reyes del beisbol latinoamericano y ahora flamantes bicampeones de la Serie del Caribe.