Irving y Horford toman OKC y los Celtics lideran la NBA en solitario
En una espectacular segunda parte Boston remonta 18 puntos a los Thunder para sumar su séptima victoria seguida. Westbrook y compañía no despegan: 4-4.
Los Celtics asaltaron Oklahoma City (94-101) y lideran la NBA en solitario después de sobreponerse a una excelente primera mitad defensiva de los Thunder. Se fueron al intermedio con una desventaja de 18 puntos (55-37) que bien podría haber sido mayor de no ser por el rookie Jayson Tatum (anotó sus 13 puntos en los dos primeros cuartos) y la energía de Marcus Smart. Maniatando a la perfección a Irving (1/9 en tiros hasta entonces) y con Russell Westbrook liderando una tormenta muy coral, los locales se las prometían muy felices. Juego y sensaciones refrendaban esta idea. Se barruntaba partido grande entre las dos mejores defensas de la Liga. Y el guion, con giro tras el paso por el vestuario, no defraudó. La última palabra le correspondió a Boston. Los de Billy Donovan pasaron a estrellarse en ataque y comenzaron a fallar tiros. La ansiedad se fue apoderando de ellos. El rival iba reduciendo la desventaja hasta que Kyrie y Al Horford resurgieron de sus cenizas para asestar el zarpazo definitivo.
Quién lo iba a decir hace solo una par de semanas cuando la trágica lesión de Gordon Hayward parecía cortar las alas de estos Celtics. Tras las derrotas en Cleveland y en casa ante los Bucks, los verdes encadenan siete victorias consecutivas (7-2) dejando siempre a su rival en 95 o menos puntos. Igualan así la mejor racha del equipo desde que Brad Stevens está en el banquillo. El mismo técnico que acaba de firmar la mayor remontada a domicilio del equipo desde enero de 2013. Todo ante un rival que venía de ganar sus cuatro compromisos ante rivales del Este. Un triunfo de prestigio (otro más) que dispara la euforia en Massachusetts al mismo tiempo que en Oklahoma se ven obligados a alargar la espera. El proyecto del Big 3 urdido por Sam Presti no despega por el momento. Lucen un 50% de victorias (4-4). Nada preocupante recién iniciado el curso, pero sí comienza a ser sintomático que las cuatro victorias hayan llegado tras un triple-doble de Westbrook. Cuando el base no hace barbaridades, pierden.
Por si alguien tenía alguna duda, queda claro que Westbrook es el verdadero líder del trío de estrellas. Cuando las cosas se ponen feas, es él quien asume la responsabilidad. Así que el bajonazo que su rendimiento experimentó en la segunda parte (su 12+5+7 del descanso se quedó en un 19+6+11) se notó. Paul George (25+10) trató de dar un paso al frente, pero aparece a tirones porque sigue tratando de encontrar su sitio. Por su parte, Carmelo Anthony trabajó muy bien en el rebote (cogió 14, el que más del encuentro) pero se presentó al encuentro con la mirilla desviada y acabó con un 3/17 en tiros y apenas una decena de puntos.
A la par que los Thunder se diluían, los jugadores de los Celtics se agigantaban. Jaylen Brown tomó el relevo de Jayson Tatum y se alió con Marcurs Morris, quien debutaba con la camiseta verde, para devolver la vida a su equipo en un tercer cuarto en el que Kyrie Irving (25+5+6 a la conclusión) tuvo uno de esos ratos.
Contienda igualada y último acto para determinar el ganador. Un periodo en el que conviene no pasara por alto la valentía de Stevens. Ante uno de los mejores equipos de la NBA, tuvo casi todo el tiempo en pista a un novato como Semi Ojeleye (quien cumplió con creces, de hecho puso el 79-79 con un triple), alternó a otro (Tatum) con uno de segundo año (Brown) y entregó los mandos a Terry Rozier, quien afronta su tercera campaña en la Liga. Enorme trabajo atrás de todos ellos, aunque en ataque los focos señalaron a Al Horford (5/5 en tiros con un 3/3 en triples en un cuarto periodo majestuoso) y al propio Irving. 26 puntos entre ambos y santo y seña de un pick&pop que, literalmente, mató a los Thunder. Mucho cuidado con estos Celtics. No es casualidad que miren al resto de equipos desde lo alto.