Woodburn se viste de Bale y da esperanzas mundialistas a Gales
El atacante del Liverpool, de sólo 17 años, hizo el gol de la victoria ante Austria. Con este triunfo, los galeses están a dos puntos de la repesca.
Gales y Bales se aferran al sueño del Mundial de Rusia tras ganar apuradísimamente a una correosa Austria, que pudo haber sacado mayor rédito de su visita a Cardiff si la conexión entre Alaba y Arnautovic no hubiese saltado por los aires en la segunda mitad.
Ahora, los Dragones se sitúan a dos puntos de Irlanda con tres partidos por jugar. Todo un duelo por todo lo alto. Y es que conociendo de antemano el empate de Irlanda en Georgia (1-1), los galeses salieron a imponer su ley desde el primer minuto.
Cargados de agresividad, frenaban con ímpetu las tímidas salidas de los austriacos. Coleman dispuso un sistema de tres centrales y dos carrileros para ahogar las salidas de los austriacos por banda y lo único que logró fue situar un tapón en el juego de los suyos.
Los Dragones querían mandar desde el primer momento. Bale, en el primer minuto, y Ramsey, en el ocho, levantaron al público de sus asientos. Fue un espejismo. Poco a poco, los austriacos empezaron a carburar y a generar juego por medio de un inconmensurable Alaba (el mejor jugador de los primero 45 minutos) que, desde el centro del campo, galvanizaba los movimientos de la selección centroeuropea.
Todo cambió en la segunda parte. Coleman introdujo a King por Richards. Un centrocampista más por un defensa. Todo cambió. Los galeses comenzaron a generar más peligro. Bale comenzó a entrar más en juego. Un disparo suyo fue repelido espléndidamente por Lindner en el minuto 55. Era el toque de arrebato. Los Dragones, con King frenando a Alaba, dieron un paso al frente, pero no encontraban rematador a sus jugadas.
En el minuto 74 llegó el milagro. Woodburn, con un disparo seco y poderoso, superó a Lindner. Era el primer balón que tocaba. De ahí al final fue un “quiero y no puedo” austriaco, mientras que los galeses salían a la contra como fieras. Robson-Kanu, en dos acciones (en una fue demasiado egoísta y la otra, estrelló el balón en el poste) y Bale, con una plástica chilena que despejó Lindner, estuvieron a punto de incrementar el resultado. Pero fue por la mínima. Y sufriendo, como gran parte de la historia del fútbol galés.