Este miércoles Brasil celebraba su fiesta de la Independencia y Río vivió su día festivo volcándose con sus Juegos Paralímpicos, con un estadio de Maracaná que rozó el lleno en la ceremonia inaugural.
Pero Brasil dio, por unas horas, la espalda a sus problemas y el mítico Maracaná, con capacidad para 78.838 espectadores, se engalanó para dar la bienvenida a lo grande a sus deportistas paralímpicos en los 15º Juegos Paralímpicos. El tiempo acompañó en un día playero en el que llegaron a rozarse los 30 grados en el cálido invierno de Río.
En los días previos había preocupación por la ralentizada venta de entradas, pero Río no falló. Maracaná rozó el lleno y despejó parte de las dudas que se cernieron sobre los Juegos Paralímpicos tras la clausura de los Olímpicos por los graves problemas económicos y de financiación del Comité Organizador Río 2016. Ahora se espera que el público de Río siga respondiendo durante los 11 próximos días de competición.