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Will Smith, arrepentido de convertir a sus hijos en estrellas

El actor asegura que ese era el sueño “que tenía en mi cabeza” pero pronto se arrepintió porque “nadie era feliz en mi familia”.

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El año 2010 fue uno de los más importantes en la vida de Will Smith. El actor estaba cumpliendo uno de sus grandes sueños, pues había conseguido convertir a sus hijos Jaden y Willow Smith en verdaderas estrellas. El primero, que por aquel entonces tenía 12 años, protagonizaba el remake de Karate Kid, mientras que su hermana pequeña lograba un disco de platino con la canción Whip My Hair. Ambos ya habían dado sus primeros pasos en el mundo de la fama con En busca de la felicidad y Soy leyenda respectivamente, por eso Will veía en ellos unas carreras para el recuerdo.

Sin embargo, el paso del tiempo solo ha demostrado que Will Smith se equivocó y así lo ha confirmado él mismo en una conversación con Kevin Hart. El oscarizado actor se ha mostrado de lo más arrepentido por querer convertir a sus hijos en estrellas a toda costa y ha defendido que todo fue por la carga que había hecho su padre con él.

2010 fue algo así como el año más grande como artista, como padre. Karate Kid se estrenó en junio, Whip My Hair salió en octubre. Estaba construyendo el sueño de la familia que tenía en mi cabeza”, ha detallado Will. “Voy a hacerlo mejor de lo que hizo mi padre”, pensaba entonces. “Ya hemos hablado de ello: mi padre era un abusador... Me dije a mí mismo que nunca tendría esa clase de energía con mi familia, y tenía un sueño, una idea de la familia que estaba construyendo. Entre 2010 y 2012 había logrado todos mis sueños. Había superado mis sueños más salvajes”, continuó.

Un mánager más que un padre

Pero Will se percató de que no estaba actuando como un padre con sus hijos, sino más bien como un mánager o un representante, y eso estaba afectando a la relación con los miembros de su familia. “Nadie era feliz. Nadie quería ser el miembro del pelotón. Willow fue la primera en amotinarse, y esa fue la primera vez que me di cuenta que me di cuenta de que el éxito y el dinero no equivalen a la felicidad”.

“Hasta ese momento realmente creía que podías tener éxito a tu manera, tener una casa y una familia, y que podías ganarte tu camino a la felicidad”, continuó. “Estaba dirigiendo a la gente que me rodeaba de una manera que dejaba un rastro de tierra quemada”.