Una pareja desata las críticas por su actitud con un camarero, aunque la realidad sorprende a todos: “¿Necesitas algo más, cariño?”
El creador de contenido norteamericano Majd ‘Max’ Baz se ha visto obligado a contar la realidad que se esconde detrás de su último vídeo, que se ha tornado viral.
Un vídeo. Pareja entra feliz a un restaurante de la cadena Waffle House, en Baton Rouge (Luisiana, Estados Unidos). Piden gofres y los reciben. Comen. La experiencia va bien. Entonces, la camarera se acerca a él y le pregunta si está todo bien. “¿Necesitas algo más, cariño?“, lanza. La novia levanta su cabeza con los ojos bien abiertos y responde por él. ”Lo siento, se llama Max", replica, a lo que la camarera pide disculpas: “Lo siento, es solo una costumbre de la hospitalidad sureña...”.
La secuencia en cuestión puede parecer un vídeo cualquiera de todos los que pueblan el interminable mar digital, pero se ha convertido en un auténtico fenómeno viral en el país norteamericano: cosecha más de treinta y cinco millones de visitas y un sinfín de interacciones que han convertido a Majd ‘Max’ Baz en el creador de contenido de la semana en Estados Unidos. Tal es la avalancha de comentarios, muchos de ellos reprochando la actitud de su novia —y otros tantos, la de la camarera—, que Baz se ha visto obligado a desvelar la verdad: todo estaba guionizado.
Un plan que funcionó demasiado bien
“En realidad, fue una escena divertida que montamos con el permiso de la camarera”, ha confesado el influencer a Newsweek, insistiendo en que “ella tuvo la amabilidad de seguirnos la corriente y preguntar “¿necesitas algo más, cariño?” para que mi novia pudiera responder ante la cámara". La verdadera intención del sketch era “destacar que en el sur, ‘cariño’ o ‘nena’ se refieren simplemente a la hospitalidad sureña, no al coqueteo”, pero se les fue de las manos.
@texasbaz Check out part 2 on our page ❤️ (thank you @That_one_waitress for being such a great sport) #louisiana #couplecomedy #latina #couplegoals #español
♬ original sound - LifeWithBaz
“La gente lo malinterpretó... Muchos creyeron que era real. Reaccionaron exageradamente porque nos portamos demasiado bien”, dice. De hecho, ni siquiera era una reivindicación lingüística, sino un recurso humorístico para una publicación; por ello les ha extrañado que el asunto se haya extendido tanto y de una forma tan tóxica: “No nos ofendimos en absoluto. Nos encanta el sur y su cultura. Simplemente pensamos que sería una situación divertida con la que jugar”.
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En la caja de comentarios del vídeo se amontonan tantos mensajes y tan distintos que casi parece mentira que provengan de una misma publicación. “Chica, no es para tanto”, dice uno, a lo que otro añade: “¡No te habría hablado de la hospitalidad sureña! Tan solo habría sonreído y se hubiera marchado". De una forma u otra, a Baz se le hace difícil de entender: “Nos sorprende la reacción. Solo era pura diversión”. Era eso. Un vídeo. Lo que ocurrió fue que el plan para que tuviera buena acogida en Internet salió bien. Demasiado bien.
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