Una madre millennial compara su infancia con la de su hija de la ‘Generación Z’ y deja la gran reflexión: “Parecemos deberle todo”
La creadora de contenido, Talia Hersey, acostumbra a compartir contenido sobre cómo es la infancia de su hija de 12 años.


En toda casa se abre un debate entre la infancia que vivieron quienes son hoy padres, y la que viven los niños y adolescentes en la actualidad. Y en toda discusión siempre hay una misma idea: no tiene nada que ver una infancia con la otra.
Talia Hersey, una madre ucraniana y residente en Polonia, de dos hijos, se ha hecho precisamente viral por esto, por compartir cómo su infancia y su adolescencia entre los 90 y los 2000 era caótica, sin teléfonos móviles y con mucho tiempo para estar en la calle y al aire libre.
Una realidad muy diferente a la de sus hijos, señalando en una entrevista concedida a ‘Newsweek’ que ellos “simplemente no tenían otra opción”: “Todos los que nacieron en los 90 tuvieron una infancia interesante. ¿Recuerdan los rumores sobre el fin del mundo en el año 2000? ¿O la llegada de Internet y las redes sociales?“.
“Como entonces no había Internet ni teléfonos móviles, pasábamos casi todo el tiempo fuera, reunidos en grupos y jugando (hasta que nuestros padres nos llamaban a casa por enésima vez)”, ha añadido Talia.
Una infancia que nada tiene que ver con la que está viviendo su hija de 12 años, Milana, incidiendo en cosas como que la pequeña nunca ha dormido fuera de casa, mientras que Talia, cuando estaba de vacaciones, se alojaba con “una familia italiana cualquiera” cuando estuvo de intercambio.
Otro punto son las discusiones de antes con las de ahora, mostrando cómo su hija se queja cuando no funciona el Wifi mientras usa sus dispositivos electrónicos, o se siente aburrida a pesar de tener un gran número de juegos y juguetes.
Una serie de cosas que han llevado a que los vídeos de Talia Hersey se hagan virales: “Empecé a crear estos reels como contenido desenfadado y cercano para las madres, para mostrar que la maternidad real existe. No es perfecta, es complicada y conlleva sus retos”.
También considera que su generación, la de los millennials, es la más compleja: “Somos la primera generación que parece deberle todo a los demás. Debemos gratitud a nuestros padres porque nos criaron, y debemos a nuestros hijos validación y respeto por sus sentimientos y decisiones”.
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“Ahora tenemos mucha información (demasiada, diría yo), y nuestros hijos tienen demasiadas opciones para pasar el tiempo. A menudo, eligen el mundo online en lugar de jugar al aire libre o hacer amigos en el barrio. Así que el progreso tecnológico nos ha hecho a todos un gran servicio, pero también un flaco favor en lo que respecta a la socialización”.
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