No le gusta el queso y manda un mensaje que se comparte sin parar
La influencer ‘Inesitii’ ha estallado de indignación en un reciente vídeo en el que lamenta la falta de comprensión hacia aquellos a quienes no les gusta el queso.
El mundo se divide en dos hemisferios; y las personas, en dos categorías: quienes adoran el queso y lo meten con calzador en cualquier receta y quienes detectan su olor ligeramente ácido a leguas y la mera imaginación de su sabor provoca erupciones desagradables en sus estómagos. Sin un atisbo de duda, ‘Inesitii’ pertenece al segundo grupo.
La creadora de contenido española, que acumula cerca de 400.000 seguidores en TikTok, ha dedicado una reciente publicación a poner voz de protesta en todas las gargantas mudas acusadas de cometer el mismo crimen: repudiar el queso. “Una cosa, ¿por qué hay gente a la que sorprende tantísimo que existamos personas a las que no nos guste el queso?“, se pregunta al inicio del mentado vídeo.
“No hay que crear un drama”
No halló mejor argumentación para sustentar su indignación que la representación teatral. “‘No, es que yo no como queso. No me gusta’”, se imitó a sí misma en una situación cotidiana, poniendo voz a su imaginario interlocutor: “‘Ahhh, no te gusta el queso, se acabó el mundo’”. Y “encima te miran como raro”: “’No te gusta el queso, lo que te pierdes, qué rara eres’”.
La tal Inés solo quiere dejar claro que, igual que hay personas a las que no le gustan las lentejas, a ella no le gusta el queso. Y ya está. “Hay gente que se piensa que lo dices para llamar la atención. Gordi, no me gusta el queso. Y luego dicen: ‘Pero la pizza sí’. Y ‘¿cómo te puede gustar la pizza y no te gusta un trozo de queso azul que huele mal?’ No sé, piénsalo“, se deshace de ironía.
@inesitii Por favor podemos empezar a normalizar que existan personas a las que no les gusta el queso sin que parezcan apestados? 🤷🏽♀️ Ig// ineesgaarcia
♬ sonido original - Inés
A medida que el vídeo —que no dura ni 60 segundos— avanza, crece su angustia. “Muy fácil. En las cenas y comidas familiares, cuando se ponen los embutidos, a mi madre y a mí nos ponen un plato distinto en el que no hay queso. Donde nos sentamos mi madre y yo siempre nos ponen uno sin queso porque si hay un trozo de jamón tocando un trozo de queso, no lo como”, explica, asegurando que “si la mesa huele a queso mucho no puedo comer” porque “me entra fatiga” y que “si entro en un sitio y huele a queso me tengo que ir”. “No hay que crear un drama”, dice, con la anilla de la granada dando vueltas sobre su índice.
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Y hay más. “Ni el queso ni la tarta de queso”, añade, escenificando una conversación de tres segundos idéntica a la anterior y sobre la que extiende el dilema de su incomprensión. El mundo temblará cuando se abra el debate de la horchata.
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