Nace una nueva profesión deportiva de altura en China donde los hombres atractivos ganan más dinero
Los ‘compañeros de escalada’ se han convertido en una opción muy demandada entre los jóvenes y cada vez está más extendida en todo el país.
Escalar montañas, aunque no sean muy altas ni requieran unos conocimientos técnicos elevados, puede antojarse una tarea compleja para ciudadanos de a pie. Tener la forma física adecuada o cargar con el equipamiento necesario por si hiciera falta un rescate o pernoctar en la superficie hace que, en ocasiones, emprender el camino de ida en solitario incremente el riesgo de quedarse por el camino.
Ante tal tesitura, en China se ha puesto muy de moda el concepto de “compañero de escalada” hasta el punto de que se ha convertido en una profesión. Muchos jóvenes, casi todos hombres, se ofrecen para ayudar a otras personas durante sus rutas de senderismo o montañismo. Evidentemente, todos ellos tienen una forma física lo suficientemente desarrollada como para llevar maletas, bolsas o cargar a niños en sus hombros.
Los hagstags en las redes sociales del país donde se incluye el nombre de la profesión han tenido más de 100 millones de visitas, lo que demuestra el auge en el que se encuentra el sector. Los perfiles mayoritarios coinciden con militares retirados o con estudiantes con necesidad de generar ingresos para seguir pagando sus carreras profesionales. La altura y, sobre todo, la belleza hacen que la experiencia sea más o menos costosa para el cliente, pues “el atractivo forma parte de la fortaleza”, tal y como confiesa una de las consumidoras de la experiencia.
El precio del trayecto oscila entre los 30 y los 85 euros en función del servicio que se precise y de la dificultad de la ruta. Los principales clientes son mujeres jóvenes y solteras que aprovechan la circunstancia para intentar ligar, aunque el incremento masivo del sector está provocando un inesperado cambio de paradigma en el que cualquier tipo de persona contrata estos servicios.
“Escalo montañas todos los días. A veces incluso dos o tres veces cada día”, confiesa en una entrevista Chris Zhang, un estudiante universitario de 20 años que incluso se mudó a los pies de una de las montañas más demandadas por sus compatriotas: el monte Tai. En los últimos tres meses, el joven asegura haber ingresado más de 7.000 euros, aunque es consciente de que el trabajo es algo efímero. “Me duelen mucho las rodillas, así que quizá solo pueda seguir haciéndolo unos meses”, zanja.
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