Malas noticias para los consumidores: la OCU revela el alimento que más ha subido durante la Navidad
Ante la llegada de las comidas y cenas navideñas, habrá que tener cuidado con los productos que elegimos, ya que muchos han aumentado su precio.
Con la llegada, cada vez más próxima, de la Navidad, muchas personas comienzan a planificar su cesta de la compra con los productos que irán destinados a las diferentes comidas y cenas festivas. Sin embargo, este año no solo habrá que preparar la lista de alimentos, sino también la cartera, ya que la inflación y la subida de los precios se están haciendo notar.
Según datos recogidos en un reciente análisis por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el precio de los productos navideños ha crecido un 5,1% de media. Este dato, que puede parecer muy general y poco preciso, guarda variaciones tremendamente significativas.
Y es que, mientras algunos productos mantienen su precio estable o solo experimentan un ligerísimo crecimiento, otros alcanzan máximos históricos, llegando a cotas jamás exploradas anteriormente. Si cogemos los datos recogidos por la OCU y los comparamos con su primer análisis, el cual tuvo lugar en diciembre de 2015, la evolución de los precios roza el 60%, más concretamente el 57%.
El besugo protagoniza la mayor subida
La pularda se establece como el único producto cuyo valor se ha reducido en comparación con 2024. Tras ello, alimentos como las angulas, los percebes y la lombarda mantienen unos precios similares a los del calendario anterior. No obstante, a partir de aquí, las subidas se hacen más palpables, aunque en diferentes niveles.
El redondo de ternera y las otras han subido casi un 20%, otros como el cordero y las almejas alcanzan las tres cifras, es decir un 100%, mientras que el besugo se encuentra en el escalón más alto de este particular podio. Respecto al año 2024, este pescado, tan consumido en Navidad, ha aumentado su coste en casi un 200%.
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De esta manera, ante la próxima llegada de las comidas y cenas navideñas, no solo habrá que cuidar lo que uno come y bebe, sino también lo que compra. Ya que, además de los kilitos de más que muchos cogerán, habrá que poner un ojo en nuestra cartera evitando, en la medida de lo posible, que se forme un agujero que no hará más que agrandarse durante la temida cuesta de enero.
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