Indignación total con Luis Zamalloa, marido de Marta Pombo, por pedir la cena a domicilio durante la DANA

No hay otra actualidad en la jornada del miércoles que la que procede directamente desde el cielo. Los estragos que la DANA ha provocado en gran parte de la península, especialmente en la Comunidad Valenciana y zonas de Albacete, dejan imágenes desoladoras y un balance de consecuencias terrible que lleva por titular la muerte de, al menos, 73 personas.

Si bien es cierto que en otros puntos del interior las precipitaciones no han causado tales inundaciones, las tormentas han cubierto y encapotado prácticamente la totalidad de los cielos patrios. También en Madrid. De ello era consciente Luis Zamalloa, marido de Marta Pombo; al menos así quiso reflejarlo en sus redes sociales. No le salió bien.

Sus stories de Instagram acogieron la polémica. Zamalloa había pasado todo el día fuera de su domicilio. Primero trabajando en la clínica y, por la noche en una gala que premió al clan Pombo. “Familia, buenas noches. Acabo de llegar a casa. Bueno, no sé, por decir algo, porque he pillado el diluvio universal. Vengo del centro”, explicaba, relajándose en su casa.

“Menuda lluvia se ha comido, el pobre”

Entonces llegaba el momento cumbre. “Me he pedido un ‘macas’. Hoy es día de darle al de Glovo propina, ¿eh? Se la voy a dar en cash, además, porque menuda lluvia se ha comido, el pobre. Que nada, chavales, buenas noches. Sed felices, trabajad mucho, que todavía no se ha pagado”, expresaba, grabando después en otra publicación cómo se acercaba a la puerta de su casa para entregar un billete de diez euros al trabajador que le había llevado la cena.

“Con la que está cayendo en Madrid no se merece menos este máquina”, dejaba por escrito, junto a emoticonos de tormenta eléctrica; y mientras se aproximaba al trabajador se le escuchaba pronunciar otras palabras que terminaron de expandir el incendio en redes: “La que te ha caído, ¿eh? Hoy te lo has ganado, macho”.

La indignación ha sido máxima, amén de un debate en el que cada vez existe un mayor consenso y que radica en la falta de ética en la que incurre aquel que pide comida a domicilio un día de fuerte lluvia, puesto que expone al repartidor a un riesgo evidente. “Vaya sinvergüenza”, opina un usuario de X (antes, Twitter), a lo que otro, haciendo breve su enfado, añadía: “Presumiendo de dar propina a un repartidor que le trajo una hamburguesa en plena tormenta... Odiar a los ricos es una obligación”.

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