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El truco ruso indispensable para la vida diaria que puede mejorar la limpieza de tu hogar sin necesidad de productos químicos

El método, que se ha popularizado en los últimos días, tiene una evidente base científica y únicamente precisa de una cuchara.

El truco ruso indispensable para la vida diaria que puede mejorar la limpieza de tu hogar sin necesidad de productos químicos
Sergio Murillo
Nació en Santa Marta de Tormes en 2001 y creció entre Guadalajara y Badajoz. Amante de la literatura, estudió Periodismo en la URJC. Se estrenó como jefe de Cultura en El Generacional. Ha sido corresponsal para El Estilo Libre y conductor de informativos en Cadena COPE. Entró en Diario AS en 2023 como redactor en Actualidad.
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Nadie pone en duda que las cosas que se quieren merecen mayor cuidado y atención. Es ley de vida —al menos, en lo que respecta a la naturaleza humana—. Es amplio el abanico que refleja el foco del cariño: puede ser otra persona, un sueño o una calle; puede ser descabelladamente extraño o lo más común del mundo, como es el hogar. Dar una vuelta de tuerca a la manera en la que uno limpia su casa jamás estará de más. Y eso es, precisamente, lo que ha hecho el medio ruso Prochepetsk.

En los últimos días, una noticia que hace acopio de un método ampliamente asentado en el país ha corrido como la pólvora en los teléfonos de su población. Se trata de una forma de mejorar la limpieza de la ropa y que, en realidad, no precisa de nada que uno no tenga en su cocina: tan solo hace falta una cuchara.

El acero, clave para el proceso

El quid de la cuestión radica en las propiedades físicas y químicas del metal. Al colocar dicho utensilio en el tambor de la lavadora junto con la ropa, se facilita una disolución más uniforme del detergente; el objeto metálico, recoge la mentada cabecera, genera una acción mecánica al moverse con la ropa durante el ciclo de lavado que terminará por ayudar a desprender las manchas de los tejidos. Por arte de ciencia.

Según dicho portal, la eficacia del método descansa en la capacidad del acero para neutralizar la electricidad estática, lo que convierte un tejido sintético pegajoso en una suerte de prenda suave al tacto. También ayuda a eliminar la acumulación de manchas grises y olores a humedad, lo que hace de este truco un fiel aliado para el lavado de toallas y sábanas.

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Cabe reseñar que no servirán las cucharas de madera ni de plástico por motivos evidentes, y que el tamaño ideal del cubierto, si bien no es fundamental, es el de la cuchara sopera porque ocupa una amplia superficie y, al mismo tiempo, evita perderse en los confines del electrodoméstico. Esta ayuda no representa un lavado completo, sino un consejo más que el lector, si quiere y cuida su hogar y entorno, añadirá a la lista de ‘imprescindibles’ que arrancan una nota brillante a su día a día.

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