El producto que tomamos a todas horas en España y que en Alemania están empezando a guardar bajo llave por los robos
Según recoge ‘Europa Press’, varios expertos alemanes apuntan que el incremento del coste de este producto (un 45% en cinco años) ha disparado los hurtos.
Un fantasma recorre Europa. La riqueza y el capital de ciertos países del Viejo Continente sangra por algunos puntos concretos debido a la incisión que sobre la piel y el tejido económico realiza el siempre afilado cuchillo de la inflación. En el caso de Alemania, según apuntan numerosos expertos, el aumento de los precios ha provocado el incremento directo de robos de algunos productos cuyo coste actual la población no está dispuesta a pagar. Entre ellos, el café.
No es un caso aislado la desaparición del moca. Según recoge Europa Press, el café se ha convertido en uno de los productos más robados en el comercio minorista alemán, situación que, tal y como apunta el experto en comercio del instituto de investigación EHI en Colonia, Frank Horst, y en declaraciones a la mentada cabecera, aunque no es nueva, sí se ha acentuado sobremanera en los últimos años.
En ocasiones, apunta Horst, incluso se vacían las estanterías. Esto ha llevado a numerosos establecimientos, que también acusan el problema de la falta de personal (lo que contribuye a que los hurtos puedan pasar desapercibidos con mayor facilidad), coloquen el café en vitrinas cerradas bajo llave que únicamente pueden ser abiertas por pedido directo del cliente. Esto es todavía más frecuente en las grandes ciudades, siendo, según la misma fuente, los paquetes de café en grano de un kilo los más robados.
Consecuencias económicas
A ojos de Horst, existe una relación directa entre la subida del precio y el aumento de hurtos de café que se justifica de manera progresiva y contundente sobre el papel. Según datos de la Oficina Federal de Estadística (Destatis), en junio, el café en grano costaba en torno al 45% más de lo que valía en 2020: ha subido casi la mitad de su precio en un lustro. De esta forma, los robos de café responderían, además de a necesidades personales, a un gesto de protesta contra la inflación.
Este escenario tiene una lectura económica sustancial. Desde el propio instituto EHI, los daños causados por estos hurtos en tiendas se encuentra en constante crecimiento; año tras año, se roba más; solo en 2024 los clientes robaron productos por un valor de cerca de 3.000 millones de euros, que supone la friolera del 4′6% más en comparación al ejercicio anterior. Un fantasma recorre Europa.
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