El adorable golden retriever que no puede evitar emocionarse durante su primera visita al veterinario: “Nuestro valiente osito polar”
El pequeño Bauer visitó la pasada primavera un veterinario por vez primera; lo hizo en compañía de sus dueños y de su peluche ‘Chicky’.
La mirada siempre delata la emoción de las primeras veces, independientemente de si los ojos se iluminan encajados en el rostro de un humano o de un perro. Así lo ha reflejado el pequeño Bauer, un golden retriever popular en redes sociales que comparte cuenta de Instagram con sus ‘hermanos’ shengian: Blue, Titan, Maverick, Storm y Zeus. Las aventuras de estos canes desatan las reacciones tiernas de toda su comunidad, que no pudo ocultar cómo su corazón compartido se encogía al ver la primera ocasión en la que el pequeño acudía al veterinario.
Fue en abril. ‘Iambluethesiberian’, nombre de la joven pareja que se oculta detrás del entrañable perfil, compartió la noticia: el perro iba a ir al veterinario. “Bauer tiene su primera cita con el veterinario esta mañana”, dijo ella, agarrando a su peludo amigo y preguntándole si estaba listo para dicha incursión.
Una larga jornada de clínica
“Ha crecido mucho en las últimas dos semanas, estoy muy intrigada por saber cuánto pesa ahora”, apuntaba antes de salir de casa. Entonces apareció su pareja, quien agarró un peluche de un pollito, el “pequeño Chicky, su apoyo emocional y animal”, para dárselo al perro y, después, salir de casa.
No fue fácil. “Está protestando”, decía ella al ver cómo Bauer se resistía a entrar en el coche. Al final lo hizo mientras sus dueños, colmados de café por las pocas horas que habían dormido, celebraban su predisposición. Al llegar se entretuvo el perro con la pecera de la sala de espera; luego, después de observar que pesaba 16 libras y media y realizarse con éxito diferentes pruebas, dio por terminado el día médico.
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“Lo hiciste muy bien, ¡eres un chico gigante!“, se alegró ella. No pasó desapercibida la mirada de Bauer, a medio camino entre la alegría y la emoción, hasta que, poco a poco, fueron pesando sus pestañas por el sueño que provoca una larga jornada de clínica. En el pie de foto mostraba el orgullo la pareja: “Nuestro valiente osito polar”.
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