CINE
Una guionista de Disney pide eliminar una escena de ‘Bambi’ por ser demasiado perturbadora
Según Lindsey Anderson Beer, escritora y directora de cine, ya no se puede reelaborar en el filme de acción real porque “algunos padres y niños son más sensibles que en el pasado”.
La magia del cine radica en las sensaciones clásicas que se generan al chocar la tristeza con la alegría. Cuando el espectador lo ve en la gran pantalla tiene lugar aquello que en la Antigua Grecia, y en términos teatrales, se conocía como catarsis. Desde los inicios, Hollywood ha jugado con esas sensaciones para levantar al niño y al adulto de la butaca y hacerles sonreír y llorar de la emoción. También Disney, cuya firma llevan cintas que han marcado un antes y un después por ese uso de los sentimientos. En los últimos años se han popularizado remakes de filmes clásicos de esta compañía. Cuando se van a realizar surgen entonces discrepancias porque ya no se conciben igual unas catarsis que otras. Y ese mismo dilema ha llamado a la puerta de Bambi.
Una exguionista de Disney que se encontraba detrás de la nueva versión de la mítica película protagonizada por el inmortal cervatillo ha desvelado que una de las escenas que pasaron a la historia de la cinta original no debería reelaborarse porque los padres de hoy en día son más “sensibles”. De hecho, ha incidido en que parte del proceso de modernización del clásico de 1942 era, precisamente, eliminar dicha escena. ¿Cuál es esa parte de la película que ninguno preparado para ver en la actualidad? Nada más y nada menos que la muerte de la madre de Bambi; la escena del cine que más traumatizó al director más sangriento, Quentin Tarantino.
“Algunos padres y niños son más sensibles que en el pasado”
Según se ha hecho saber desde las bambalinas que dan luz a la magia Disney, la escritora y directora de cine Lindsey Anderson Beer había estado trabajando con una idea, una piedra angular cinematográfica, sobre la que giraba todo el proceso de la nueva película de acción real: llevar la historia a la audiencia moderna. Y esto, considera, es incompatible con la presentación de dicha escena si, además, se tiene en cuenta que los ciervos gozarían de un realismo mucho mayor. El abandono de los dibujos animados por las estéticas vivamente perfeccionistas buscan otro modo de explorar una catarsis que no consideran mala, pero sí fuera de lo que buscan aquellas familias que se sientan en el cine con un cubo de palomitas.
De una forma más directa lo explicó Anderson Beer en una entrevista a Collider. “No quiero estropear la trama, pero hay un tratamiento de la muerte de la madre por el que creo que algunos niños y algunos padres hoy en día son más sensibles que en el pasado”, concretó, a lo que añadió que, quizá, esta es “una de la razones por las que no se lo han mostrado a sus hijos” ya que “hay toda una generación de niños que nunca han visto la original”.
Sin embargo, esta transición ha querido hacerla desde un pensamiento acerca de la película muy arraigado dentro de ella. “Lo que es interesante para mí de Bambi es que es absolutamente un clásico y es un hermoso poema de amor, con mucho arte”, profundizó, a lo que añadió el polémico ‘pero’: “es un ritmo un poco diferente al que creo que el público moderno está acostumbrado”. Finalmente, Anderson Beer tuvo que abandonar el proyecto Bambi para tomar otros trenes cinematográficos, como su debut en la dirección de un filme, cosa que hizo en Pet Sematary: Bloodlines. La existencia de esta escena quedará en una duda que sólo el tiempo resolverá, dependiendo de la dirección en la que soplen los vientos éticos y sociales sobre una catarsis que siempre ha sido la misma.