FAMOSOS
Un chófer de Shakira desvela sus “peligrosas” peticiones
El trabajador ha revelado en ‘Socialité' que la colombiana tenía algunas exigencias peculiares, que su hermano filtraba información a la prensa y que ambos eran unos tacaños.
Después de que Shakira golpease dos veces con El jefe, las acusaciones de no pocos antiguos empleados de la intérprete colombiana han caído como plomo sobre la fama de la cantante en esta nueva etapa rompedora que afronta tras su ruptura con Gerard Piqué. Desde bailarinas hasta limpiadoras del hogar. Empiezan a levantar ampollas las coincidencias entre testimonios. El último ha salido de la boca de uno de los chóferes que trabajaba con ella, quien ha revelado cómo eran sus exigencias dentro del coche y las dificultades que entrañaban para el trabajo del conductor privado.
El programa que ha desvelado esta nueva página en la particular hoja de reclamaciones mediáticas de Shakira ha sido Socialité. No se ha andado con rodeos. “Confirmo que la experiencia con Shakira y su hermano Tonino durante 10 días en Madrid fue de las más desilusionantes de mi vida”, se sincera en el formato de María Patiño. Y tampoco se queda corto al asegurar que, incluso, algunas de las peticiones que realizaba la colombiana eran “peligrosas”.
“Shakira es totalmente consciente”
Una de las cosas que solía pedir la intérprete, asegura, era que manipulase los espejos para evitar que el propio conductor la pudiese ver. “Voltear el espejo central del vehículo hacia abajo, porque según ellos podías tener la tentación de mirarla”, confiesa el trabajador. Y no en vano utiliza la tercera persona del plural. Según su testimonio, lo peor no era la actitud de Shakira, que tampoco quedaba exenta de críticas ni llena de halagos, sino la de su hermano, Tonino.
“Tonino se sienta en el asiento del copiloto y te grita continuamente”, resume y anticipa. Parte de la culpa de esta circunstancia recaería sobre los hombros de la cantante. “Juega a que ella es ajena a la situación, cuando Shakira es totalmente consciente, y presencia de manera benévola cada una de las situaciones negligente”, insiste. Pero, por si fuera poco, también acusa al hermano de Shakira de filtrar información a la prensa y lavarse las manos señalando a los trabajadores de su entorno. “Culpa a chóferes y empleados de cualquier índole de filtraciones, cuando era él el que estaba totalmente compinchado con los paparazzi”, destapa; justo después pone palabras a un caso vivido: “claramente les daba indicaciones por teléfono, por ejemplo: ‘Shaki ya no sale’”.
Si ya era abundante la llama del incendio de estas declaraciones, la última acusación es una lluvia de gasolina sobre un volcán en erupción. Sin ocultar los significados con eufemismos carga contra Shakira tildando a ella y a su entorno de tacaños. “No dan propina. Te piden encargos, que los adelantes tú de tu bolsillo y luego te ves prácticamente mendigándoles para que te devuelvan el importe que tú has anticipado de tu bolsillo para sus caprichos”, confiesa. Unas palabras que no caen en tierra de nadie, sino que se unen a otras personas en el retrato de una Shakira claramente distinto al que denuncia en su última canción.