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La reacción de Sonsoles Ónega tras la muerte de Javier Cid: “Nos quedamos sin la última”

La presentador de ‘Y ahora Sonsoles’ se ha despedido del periodista a través de su cuenta de Instagram.

La reacción de Sonsoles Ónega tras la muerte de Javier Cid: “Nos quedamos sin la última”
Samuel Ruiz
Nació en Getafe (Madrid) en el año 2002. Está estudiando un doble grado de Periodismo y Comunicación Audiovisual en la UC3M. Ha encontrado en la escritura web un lugar ideal en el que contar historias. Entró en el Diario AS en octubre de 2024 como redactor becario en Tikitakas.
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El mundo del periodismo y la pequeña pantalla llora la muerte de Javier Cid. El periodista y escritor, jefe de sección del suplemento ‘Gran Madrid’ en El Mundo y colaborador habitual del programa ‘Y ahora Sonsoles en Antena 3, falleció este viernes, 23 de agosto, a los 49 años de edad.

Su cuerpo fue hallado sin vida en su domicilio, ubicado en el conocido barrio madrileño de La Latina. Todavía se desconocen las causas que han podido desembocar en su deceso, pero la noticia ya ha generado un sinfín de reacciones por parte de compañeros y amigos de profesión. Durante la mañana de hoy, ha sido Pepa Romero quien, entre lágrimas, ha cerrado la emisión de ‘YAS Verano’ dando a conocer este terrible suceso.

Precisamente la presentadora del espacio al que sustituye en la época veraniega, Sonsoles Ónega, también se ha pronunciado al respecto. Lo ha hecho a través de sus redes sociales, más concretamente Instagram, donde ha compartido una recopilación de imágenes acompañadas por un emotivo mensaje de despedida.

Las palabras de Sonsoles Ónega

“Nos quedamos sin la última, mi Javi. No te voy a escribir mejor que Antonio Lucas porque no te conocía desde Pradillo, pero ¡ay! AY con la mayúscula del escalofrío que aún no me sacudo. Veloz, como tú, la noticia ha recorrido los teléfonos, que es la manera que tenemos ahora de contarnos las cosas. Las buenas (a veces); las malas, siempre.

¡Ay, Javi! Lo que te gustaba la tele… Y eso que lo tuyo era la palabra perenne y no la caduca de un plató. El primer periodista que me mandó una vela encendida, rendida, ante su texto. Nos quedamos sin la última, sí. Y ahora que no estás… Pido por ti desde la lejanía… Aunque no creyeras en nada, yo sí. Siempre me decías: ‘Antonia, que yo no soy de rezar’. Pues hoy me vas a escuchar, reclinada en la primera iglesia que veo abierta.

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Nos quedarán tus escritos impecables. Tus mensajes a cualquier hora. Tu sonrisa (que siempre me pareció un poco triste). Tu mirada (que siempre me pareció de verdad). Nos vemos donde sea, con el pretexto de siempre, que era ninguno. Sólo saber… Cuándo nos tomábamos la última. Vuela bonito, amigo reciente, inolvidable”.

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