Televisión

Francisco Torreblanca, experto en transformación creativa ‘in company’, analiza el futuro de David Broncano en La 1: “No perdona”

‘La Revuelta’ regresa el 8 de septiembre con la misión de consolidarse como una alternativa real frente al liderazgo de ‘El Hormiguero’ de Pablos Motos.

Francisco Torreblanca, experto en transformación creativa ‘in company’, analiza el futuro de David Broncano en La 1: “No perdona”
Marta Rodríguez Peleteiro
Su trayectoria en Prisa comenzó en AS, en 2006, en la sección de Cierre. Posteriormente asumió la coordinación de la revista AS Color y la redacción de los blogs Match Point y Erratas de Campo. En 2017 pasó a formar parte de PrisaNoticias, en el control de producción de El País y AS, y volvió a AS a finales de 2022, como redactora de Tikitakas.
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El regreso de La Revuelta a La 1 de TVE este 8 de septiembre es una nueva oportunidad, pero también una advertencia. La segunda temporada del programa liderado por David Broncano se enfrenta al reto de consolidar un formato que, pese a su impacto mediático inicial, terminó mostrando síntomas de desgaste. Si su primera temporada supuso una entrada audaz en el access prime-time nacional, esta nueva entrega necesita algo más: visión estratégica, identidad reforzada y un control narrativo firme para competir de tú a tú con El Hormiguero de Pablo Motos (Antena 3), líder indiscutible en la franja nocturna.

De acuerdo con el especialista en transformación creativa in company Francisco Torreblanca, el espacio de Broncano es una promesa que necesita método: “La Revuelta nació con vocación de transgresión y una promesa de marca que alude a agitación y novedad. Su formato se apoyó en el espíritu libre e irreverente de Broncano, combinando humor generacional con crítica social y entrevistas atípicas. Durante sus primeras semanas en antena, el programa logró datos de audiencia que sorprendieron incluso a sus más escépticos detractores, alcanzando cuotas cercanas al 18%. Por momentos, pareció que el reinado de El Hormiguero estaba en entredicho. Sin embargo, lo que comenzó como una revolución televisiva fue perdiendo impulso. La estructura del programa, lejos de evolucionar, se volvió algo previsible. La fórmula que había funcionado tan bien (esa mezcla de caos ordenado, ritmo ágil y provocación cuidada) comenzó a repetirse sin demasiadas variaciones. La audiencia, especialmente la más joven, dejó de sentirse desafiada y su impacto en televisión empezó a diluirse, aunque en el contexto digital La Revuelta seguía generando conversación”.

“Por ello, esta segunda temporada no debería limitarse a replicar el modelo anterior, siendo necesario aplicar método a su creatividad. Reinventar sin perder esencia y apostar por nuevas secciones, renovar personajes y ofrecer giros de guion que mantengan la sorpresa viva. Porque si una revuelta se convierte en costumbre, deja de ser revuelta. No se puede romper una promesa de marca”, agrega.

Francisco Torreblanca, experto en transformación creativa ‘in company’, analiza el futuro de David Broncano en La 1: “No perdona”
La Revuelta

La figura de David Broncano

Asimismo, para Torreblanca, Broncano se encuentra condicionado entre dar continuidad a su marca personal y la responsabilidad institucional: “Uno de los aspectos más complejos del proyecto es su naturaleza dual. Por un lado, La Revuelta se sostiene sobre el carisma de David Broncano, cuya marca personal es sinónimo de autenticidad, incorrección y conexión con la audiencia millennial. Por otro, el programa nace en el seno de una televisión pública, con todo lo que ello implica: condicionantes editoriales, presiones políticas y límites más estrechos a la irreverencia. Este equilibrio entre personalidad y estructura institucional es delicado. Broncano ha construido su trayectoria desde la independencia creativa, con formatos como La Resistencia, donde el control narrativo y el tono lo marcaba él. En cambio, en La Revuelta, aunque su rostro sea el protagonista, se percibe una producción más coreografiada, donde las decisiones parecen pasar por múltiples filtros”.

“La gran pregunta es si su marca puede seguir liderando sin diluirse y seguir auténtica en un entorno donde las directrices vienen de despachos más que de la calle. Si logra mantener esa identidad, La Revuelta podrá seguir siendo un proyecto de autor. Si no, corre el riesgo de parecer simplemente un programa más con Broncano de presentador, algo muy habitual en la televisión convencional”, añade.

Francisco Torreblanca, experto en transformación creativa ‘in company’, analiza el futuro de David Broncano en La 1: “No perdona”

La batalla con ‘El Hormiguero’

Cuando se anunció que Broncano saltaba al access prime-time de TVE, el foco se dirigió de inmediato a una cuestión: ¿será capaz de competir con El Hormiguero? Durante las primeras emisiones, la comparación fue alentadora: La Revuelta llegó incluso a liderar en algunos tramos, despertando titulares que hablaban de un posible cambio de ciclo. “Ese pulso directo se ha demostrado más complejo de lo que parecía. Mientras La Revuelta comenzaba a acusar el desgaste de su fórmula, El Hormiguero recuperaba oxígeno. Pablo Motos supo rearmarse, adaptar contenidos, atraer invitados potentes y blindar a su audiencia habitual. Como él mismo reconoció en una reciente entrevista: ‘La pelea nos ha hecho mejores’, evidenciando que la presión externa ha servido de estímulo para consolidar su trono. Es una paradoja, pero Pablo Motos hizo honor al concepto de ‘resistencia’”, apunta Torreblanca.

“Ahora, en su segunda temporada, La Revuelta tiene la oportunidad de redefinir esa competencia. Más allá de ganar cuotas de pantalla, cosa cada vez más relativa en una era multiplataforma, el objetivo es marcar una propuesta de valor diferente. Se trata de ser una alternativa real, con una diferenciación clara para poder construir una base fiel, con personalidad y recorrido propio”, continúa.

Francisco Torreblanca, experto en transformación creativa ‘in company’, analiza el futuro de David Broncano en La 1: “No perdona”
Carlos Lopez Alvarez

De la risa al propósito

Más allá del humor y el espectáculo, los programas de entretenimiento que perduran son los que construyen un universo propio. “La Revuelta tiene los ingredientes: un conductor carismático, colaboradores potentes, capacidad para viralizar contenido y sensibilidad con los temas sociales. Pero aún necesita armar ese relato que trascienda el entretenimiento puntual. Para ello, no basta con hacer reír. Hay que emocionar, sorprender, y sobre todo, generar conversación con propósito. ¿Qué representa La Revuelta en el ecosistema actual? ¿Qué tipo de cultura promueve? ¿Qué estilo de humor defiende? Responder a estas preguntas no es una cuestión editorial menor. Esto es, en realidad, lo que separa un programa temporal de un fenómeno generacional. En esta línea, la segunda temporada se perfila como un punto de inflexión. Un momento clave para afianzar su identidad, explorar nuevas vías narrativas, y posicionarse como un espacio cultural relevante”, señala Torreblanca.

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La Revuelta ha demostrado que hay hambre de nuevos formatos, de voces frescas, de televisión que no siga el manual. Pero la irreverencia, por sí sola, no garantiza el éxito sostenido. Hacer historia exige más: profundidad estratégica, autenticidad narrativa y liderazgo creativo. El access prime-time, como todos sabemos, no perdona las segundas oportunidades mal aprovechadas”, concluye.

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