Coto Matamoros revela cuánto ganaba por programa por ir a “discutir con 4 idiotas”

Crónicas Marcianas fue, sin lugar a duda, uno de los programas más icónicos de la televisión española. Su mezcla de humor, política, actualidad y entretenimiento rompió moldes y marcó una época en la que la televisión se renovó y se alejó de la rigidez de los formatos tradicionales.

Con su estilo único, Javier Sardá y su equipo lograron crear un espacio que, aunque polémico, se convirtió en un referente para varias generaciones de espectadores. De hecho, el programa sigue siendo recordado por su capacidad para reírse de todo y su habilidad para generar debate y reflexión.

Debates que eran de lo más lucrativos para quienes participan en ellos, como ha revelado recientemente uno de sus protagonistas que menos miedo tenía a entrar a la polémica: Coto Matamoros, hermano de otro de los grandes monstruos de la televisión, Kiko Matamoros.

“Yo cobraba 18.000 euros por programa. Cada día que iba allí a sentarme a discutir con cuatro idiotas, porque no los puedo llamar de otra forma, me llevaba 18.000 euros”, explicaba este en una entrevista.

“Ni siquiera iba a las reuniones, entraba cinco minutos antes de que empezara el programa”, añadía sobre este trabajo, hasta que decidió poner punto final, pese a los grandes beneficios que le suponía. “Renuncié. Hubo un momento en que pensé que mi vida no podía ser eso. Lo que pasa es que aquello era mucho dinero, un dinero muy fácil, muy fácil”.

El origen y la concepción del programa

Crónicas Marcianas debutó en la pequeña pantalla el 11 de noviembre de 1997 en Telecinco, una cadena que en ese entonces trataba de consolidar su identidad en un mercado competitivo. El programa fue concebido como un espacio de entretenimiento nocturno que se alejaba de los formatos tradicionales de la televisión, adoptando una fórmula que combinaba humor, entrevistas, debates y reportajes. La idea era ofrecer un contenido diferente, un tipo de programa que no se tomara demasiado en serio, pero que al mismo tiempo tuviera una gran carga de actualidad y entretenimiento.

Javier Sardá, reconocido periodista y presentador, fue el encargado de dirigir y presentar el programa. Sardá ya contaba con una dilatada carrera en la televisión española, pero Crónicas Marcianas fue el proyecto que le catapultó a la fama masiva. Bajo su liderazgo, el programa alcanzó un estilo único, marcado por el sarcasmo, el humor irreverente y la constante provocación.

A pesar de su éxito, el programa no estuvo exento de polémicas. Muchos de sus contenidos fueron criticados por ser demasiado subidos de tono, por cruzar ciertas líneas de lo políticamente correcto y por hacer un uso exagerado de la ironía y la sátira. Estas críticas llegaron tanto desde sectores políticos como de la sociedad en general, pero el equipo de Crónicas Marcianas siempre se mostró desafiante frente a las críticas, asegurando que su misión era entretener y provocar reflexión.

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