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Bárbara Rey actualiza su estado de salud: “Soy una persona creyente y Dios me ayuda”

La vedette asegura que atraviesa un momento complicado, pero insiste en que lo afronta con fortaleza, optimista y con la ayuda de la fe.

Bárbara Rey en el programa "All you need is love o no"

Todavía se registran réplicas del sismo que a finales de septiembre hizo vibrar la crónica social española y cuyo epicentro, pese al ruido del presente, se dio en el verano de 1994: las fotografías que Ángel Cristo Jr. tomó de su madre, Bárbara Rey, junto al rey emérito, Juan Carlos I, vieron la luz en la portada de la revista holandesa Privé hace apenas unas semanas. Resucitó un culebrón que, en realidad, nunca había dejado de serpentear; y el nombre la vedette no ha hecho sino resonar en cada esquina de la prensa rosa patria.

Sobrepasada por la presión mediática, la actriz, parece haber sufrido complicaciones en su estado de salud, que ya venía aquejando algunos problemas en los últimos meses, según ha deslizado su familia en más de una ocasión. Ahora ha sido Lydia Lozano en Ni que fuéramos shhh quien ha confirmado el fuerte ataque de ansiedad que ha sufrido Rey. “A Bárbara le dio un chungo, un parraque. Sofía [Cristo] creyó que a su madre le estaba dando un infarto y llamó al 112. Cuando ellos vieron que los síntomas no eran compatibles y que no era nada grave, le dieron instrucciones para que Sofía la calmara y, al final, se tranquilizó”, dijo la periodista.

Ante el acuciante torbellino de informaciones que rodea su persona, la vedette ha roto su silencio emitiendo un comunicado a través de sus propias redes sociales en el que ha tranquilizado a todos sus preocupados seguidores. “Yo sé que hay mucha gente que me quiere, que sabe que estoy pasando por un momento difícil y que estáis preocupados por mi salud y por cómo me encuentro”, ha iniciado su discurso, mostrando fortaleza en su palabra y sentada en un restaurante.

“Andan por ahí diciendo que me encuentro mal”

“Os diré que poco a poco voy saliendo adelante”, expresa, resumiendo en pocas palabras todo el contenido; y aclara que si lo hace es, entre otras cosas, por la fe que tiene: “Soy una persona creyente y Dios me ayuda. Bueno, Dios me ayuda mucho, estoy completamente convencida. Cosa que sé que no va a hacer con la gente muy malvada que hay por ahí suelta”. No iba a ser trabajo únicamente de su ánima, del psique de su persona. “Esto me ayuda de una forma diferente, pero claro, hay que darle de comer al espíritu, al alma y también al estómago”, continúa, mostrando un plato de salmón.

Aquello fue en una storie, pasando después a otras tres en las que posaba desde el sillón de la peluquería. “Aquí me veis, como Pipi Calzaslargas, con mi peluquero Luis, que es el mejor del mundo. Andan por ahí diciendo que me encuentro mal, pero no. Me encuentro fenomenal, mejor que nunca”, prueba de ello es, dice, cómo luce frente al espejo: “Después, cuando esté peinada, me haré otro vídeo y lo pondré, para que veáis que estoy maravillosa. Parece mentira que tenga 74 años, parezco de 20″.

Cuatro publicaciones temporales que bastan para zanjar las polémicas acumuladas en torno al supuesto empeoramiento de su estado de salud y que mitigan, en parte, algunas de las réplicas del potente terremoto con el que la crónica social española despidió septiembre.

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