Así fue la despedida de Mayra Gómez Kemp del ‘Un, dos, tres... responda otra vez’
La malograda presentadora cubana estuvo seis años al frente del formato creado por Chicho Ibáñez Serrador y se despidió del programa en 1988.
La presentadora de televisión Mayra Gómez Kemp, leyenda del mítico ‘Un, dos, tres... responda otra vez’, ha muerto a los 76 años. La cubana sufrió un accidente doméstico hace poco más de una semana que la dejó “totalmente inconsciente” y que la obligó a pasar por el hospital para hacerle unas pruebas que terminaron con resultado positivo. La causa del deceso todavía no ha trascendido.
Aunque su trayectoria televisiva está repleta de programas y de éxitos, el formato por el que más se recordará a Gómez Kemp es, sin duda, el que creó Chicho Ibáñez Serrador. Su estancia en el concurso se extendió entre 1982 y 1988, aunque hubo años de parones intermedios. Fue la época donde el ‘Un, dos, tres’ se asentó en la cadena pública como uno de los concursos con más audiencia del país.
Sin embargo, todo lo que empieza termina y en 1988 Mayra dijo adiós al concurso que le había lanzado al estrellato. Delante de toda España y con los ojos de las azafatas repletos de lágrimas, la presentadora lanzó un sentido agradecimiento a todas las personas que habían estado a su lado durante ese proyecto.
Con un vestido rosa de gala y tras saludar al público presente en las gradas, Mayra se puso emotiva. “Gracias por estar con nosotros como cada noche, aunque esta es la última. La última de verdad. Yo siempre he preferido la alegría de las bienvenidas a la tristeza de los adioses. Por eso, creo que será mejor que me despida ahora. Así, el recuerdo y la imagen que ustedes guardarán de mí en este programa será con una sonrisa y, si es posible, con la felicidad de una pareja que haya conseguido un gran premio”.
Tras esas palabras, la presentadora dedicó sus mejores deseos a todas las azafatas que trabajaban con ella y a las celebérrimas Tacañonas. Alguna de ellas, como Lydia Bosch, consiguieron hacer una destacada carrera profesional más tarde. “Muchísimas gracias a todos ustedes por haberme aceptado, gracias al jefe por haber confiado en mí y ayudarme y gracias a todo un estupendo equipo de profesionales que se encuentran detrás de las cámaras, a los que ustedes nunca ven, pero que sin ellos esto no sería posible”, prosiguió.
“Gracias por su profesionalidad, por su ayuda, por su aliento y, sobre todo, por su cariño. Sé que decirle adiós al ‘Un, dos, tres’ no es decirle adiós a la televisión. En un futuro, tal vez algún día, nos volvamos a ver en otro programa. Hasta entonces, gracias por todo. Y piensen que, si alguien recuerda este programa, el ‘Un, dos, tres seguirá vivo en ese recuerdo”, zanjó antes de rebajar tensiones con una expresión que se convirtió en un clásico. “Nos hemos puesto demasiado serios y en el ‘Un, dos, tres’ está prohibida la tristeza”.
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