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Ángel Cristo Jr. amenaza con más pruebas de Bárbara Rey y Juan Carlos I: “Quiero llegar hasta el final”
El hijo de la vedette se sentó en ¡De viernes! para contar el modus operandi de las imágenes de su madre con el emérito y el motivo de su difusión. “Hay una verdad que tiene que estar contada”.
La temporada de otoño ha comenzado con un ciclón en la crónica social a consecuencia de unas imágenes de Bárbara Rey y Juan Carlos mostrando una actitud cariñosa con algún que otro beso entre medias. Ángel Cristo Jr., el encargado de hacer público este material que él capturó y reveló por petición de su madre, ha regresado al plató de ¡De viernes! para contar el modus operandi de estas imágenes, demostrar la autoridad de ellas y lanzar una advertencia a la vedette de cara al futuro.
Las fotografías difundidas por la revista Privé parece ser el aperitivo de todo lo que se puede venir en el futuro. Ángel Cristo asegura que tiene todo tipo de pruebas, como grabaciones, vídeos o testimonios, que avalan este chantaje protagonizado por su madre con el rey emérito. “Son 30 años callado. Si he decidido hablar es porque quiero llegar hasta el final, aunque es un riesgo. Hay una verdad que tiene que estar contada. Cuando vaya a juicio utilizaré más pruebas, como testigos o grabaciones. Tengo muchas pruebas. Son fotos que hice yo hechas por mí, hechas en mi casa y encargadas por mi madre. Lo hizo con el fin de arreglarse la vida con un chantaje al rey“, comenzó diciendo nada más coger asiento.
En cuanto a su batalla familiar con su madre y su hermana, Sofía Cristo, el artífice de este material reconocer sentir vergüenza por esta situación que también ha manchado a Juan Carlos I. “Si mi madre o mi hermana quieren mentir al juez. Yo no espero nada de ellas, ni siquiera que agachen la cabeza. Siento vergüenza por esta situación que se ha dado y que el rey se haya visto expuesto a todo esto. Yo me voy a ir tranquilo porque por lo menos España sabrá lo que ha pasado”.
La cronología de las imágenes
Ángel Cristo Jr. cuenta que fue de las primeras personas en conocer el romance de su madre con el Señor Sumer, nombre ficticio que ella utilizaba para referirse al emérito. El televisivo señala que la vedette siempre se estaba quejando de Juan Carlos I “porque merecía tener algo” por toda la ayuda que le brindó. Una historia de amor que perjudicó profesionalmente a Bárbara Rey, según le contaba a su hijo, que en ese momento tenía entre 10 y 11 años. “Me lo cuenta mucho antes de hacer las fotos. Ella malmetía contra el rey porque merecía tener algo mejor, porque le ayudaba mucho. Decía que por tener una relación con él le había perjudicado profesionalmente porque la reina se enfadaba. Quería dejarle como una persona que no nos ayudaba cuando atravesábamos una situación económica. Tenía envidia de sus otras amantes”.
Hortensia Blázquez, madrina de Ángel, también era conocedora de este romance. De hecho, aconsejó a la vedette en reiteradas ocasiones que hiciera público este romance para tener una mejor vida. “Mi madre se dejó influenciar por mi madrina; fue ella quien la instó a chantajear al Rey. Mi madrina estaba deseando que su hermano hiciese las fotos. Le decía que si hacía pública su relación con el rey podía solucionarse la vida”. Bárbara Rey solo podía confiar en la figura de su hijo para que tomara todo tipo de imágenes cómplices junto al emérito.
Ángel Cristo, consciente de la delicada situación económica familiar, decidió ayudar a su madre. “Mi madre me pidió que hiciese esas fotos porque solo confiaba en mí. Me pedía que le grabara comiendo, cuando estaba con ella o sus relaciones sexuales... Escondía una cámara en la televisión que enfocaba a la cámara, aunque la calidad de la imagen era muy mala”. Tras capturas las famosas imágenes difundidas por Privé, el televisivo cuenta que las reveló al instante y realizó muchas copias para evitar cualquier contratiempo que dinamitara el chantaje.
Un chantaje que cambió por completo la vida de la familia y que prosperó en dos ocasiones, según cuenta. “A partir de ese momento empezó a entrar dinero en casa. Mi madre tenía un vestidor y detrás de los vestidos de piel había una cajonera. Detrás de ella había una zona para colgar abrigos largos. Ahí mi madre solía guardar el dinero y las copias que me encargaba. Había billetes, de 10.000, 5.000. La primera tanda dura muy poco porque había muchas deudas que pagar. Mi madre cambia un BMW por un Mercedes. Yo sé que los amigos del rey ponían dinero por él”.
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