ENTREVISTA AS

Taz Skylar, el canario que triunfa en Netflix: “One Piece me dio un cohete interespacial con el que viajo entre planetas”

El actor repasa su vida con Diario AS y cuenta cómo ha dejado todo lo que tenía, varias veces, hasta llegar a interpretar a Sanji, uno de los protagonistas de la serie.

Taz Skylar, el canario que triunfa en Netflix: “One Piece me dio un cohete interespacial con el que viajo entre planetas”

La personalidad, deseos y ambiciones se cocinan siempre a fuego lento. Los pilares que sostienen a un individuo se construyen ladrillo a ladrillo. El pilar del pasado parece terminado, pero cada segundo se añade algo nuevo. El del ahora es el más cercano y el más ficticio, porque se escapa de las manos antes de poder tocarlo. Y el del futuro lo levanta un fantasma. Así de compleja es la realidad. Taz Skylar la hace sencilla: roba sus propios ladrillos y se monta una excavadora. La pone en sexta marcha, embiste y lo destruye todo. Entonces, recoge los escombros y comienza a construir de nuevo: un pilar con forma de guionista, otro con la apariencia de un actor, otra de fabricante de tablas de surf. “No tienes que saberlo todo, solo tienes que saber cuál es la siguiente cosa que tienes que hacer”.

Taz interpreta al cocinero Sanji en la adaptación que Netflix ha hecho de One Piece, el manga más vendido de la historia —lo dicen los récord Guinness—, pero para llegar hasta ahí ha tenido que dar unos cuantos volantazos a su vida. Hoy cuesta presentarlo, pero diremos que, entre todas las cosas, es un gran actor que ha ido reinventando su vida desde que tuvo el poder de hacerlo.

Cuando rememoramos la vida de Taz, que a sus 28 años todavía es insultantemente joven, vemos las veces que ha hecho y deshecho su camino. Su padre es árabe de origen libanés nacido en Sierra Leona, y su madre de Yorkshire (Inglaterra), pero él nació en Tenerife. De pequeño “no tenía demasiados amigos” y “pasaba todo el día en internet, leyendo y viendo vídeos”. Era una persona introvertida que empezó a cocinar a fuego lento su imaginación. No se le daba bien el fútbol ni el baloncesto, tenía miedo al agua y no corría rápido. El colegio no era lo suyo. Le diagnosticaron dislexia. Ahora salta en paracaídas los domingos, es cinturón negro en taekwondo y tiene cuatro series en producción.

Dejarlo todo para llegar a alguna parte

Con solo 15 años puso en marcha la excavadora: encontró una forma de escape en el surf, dejó el colegio y se marchó a Australia a reparar tablas. “Toda mi vida ha sido eso. Me voy del colegio y me voy a Australia. Llego allí y me busco la vida. Se me acaba el visado. ¿Dónde voy ahora? A California, venga. ¿Después a dónde? A San Sebastián”. En esta última ciudad, capital de Guipúzcoa, llegó a asentarse. “Tenía 18 años y una casita, mi coche, un horario que me permitía formarme y viajar”. Pero lo cambió para ir a Londres “a vivir en una casa compartida con cinco personas que tenía goteras en el techo y un cubo en el rincón donde caía el agua”. Quiso ser guionista porque contaba las historias de los surfistas para vender las tablas. Rompió con todo.

“Cuando me fui a Australia no tenía mucho que perder, como mucho quedarme botado allí. Pero yo tenía quince años y no me veía muerto de hambre, alguien me iba a dar comida y agua”. Por eso, cuando dejó San Sebastián, sintió que sacrificaba algo por primera vez. “En Londres mi cama era un sofá cama de Ikea con un saco de dormir encima. Me acuerdo de llegar allí y decir ‘qué coño acabo de hacer’. Tiré todo lo que tenía a la basura y lo cambié por eso, simplemente porque me gustaría ser guionista”. ¿Por qué dudó aquella vez, tras años derribando pilares? “Es más difícil darle un hachazo a tu vida cuando es tolerable. Es decir, es más sencillo cortarle la cabeza a nada para conseguir mucho, que cortarle la cabeza a algo con la posibilidad de quedarte en nada. Ahí está el peligro, en tener algo”. Pues bien, cortando cabezas rumbo a Londres.

Pregunta: ¿Hubieras llegado a donde estás sin mantener esa actitud?

Respuesta: “No, loco, para nada. Si no la hubiera mantenido, no sé qué habría pasado conmigo. De base tengo una energía muy intensa, lo he analizado mucho y soy consciente de que, si no fuera porque tengo la habilidad de meter mi energía hacia cosas positivas, yo podría fácilmente haber acabado mal, una persona muy viciada a cosas no buenas. Por suerte estoy viciado a cosas buenas. Si no fuera por esta actitud, me podría haber quedado fácilmente en un círculo de cosas malas”.

Los comienzos en Londres fueron difíciles. El cambio a la vida urbana, también. Taz escribió y escribió. Se alistó en las reservas del Ejército, pero sufrió un accidente de tráfico y no superó el examen médico. Entonces, escribió y escribió, y sacó una obra de teatro llamada Warheads, que explora la vida de un soldado antes y después de la guerra y el estrés postraumático que genera. Warheads fue nominada al Olivier (el premio más prestigioso de teatro de Reino Unido) y las goteras de su casa, el saco de dormir y el colchón de Ikea cobraron sentido. Ahora sí.

P: Dices que Warheads te cambia la vida por completo

R: “Sí. Fue el momento en el que sentí que podía coger el mundo ajeno a mí y poner mi voluntad sobre ello. En Inglaterra el teatro es muy importante para la cultura y el Olivier es un premio literario de persona muy culta. Para mí, como persona que se sentía con un complejo de inculto por no haber ido al cole, por siempre tener faltas de ortografía y por tener una forma de escribir que nadie entendía, fue como un ‘ah, no tengo que ser inteligente de la manera convencional para poder aspirar a tener un premio’. De repente, todos los que estaban a mi alrededor me tomaron en serio. Se abrió una puerta que daba a otra escalera que daba a otro piso. Vi cosas muy nuevas y pude entrar a habitaciones en las que no había entrado antes”.

P: Si eso te cambia la vida, ¿qué hace One Piece con ella?

R: “Warheads me dio un coche. Yo iba caminando por la vida, y de pronto tuve un coche. One Piece cogió el coche, lo tiró por un barranco y me dio un cohete interespacial con el que viajo entre planetas. Hablo todo el día con mi mejor amigo Vincent sobre lo absurdo que es y la cantidad de oportunidades y cosas bonitas que podemos hacer ahora. No nos lo estamos tomando como si fuera algo normal. Nos miramos a los ojos y nos decimos ‘no puedo creer que esto esté pasando’. Y eso está pasando todos los días”.

“Pero lo de One Piece fue muy rápido. Cuando One Piece anunció los personajes, esa noche yo estaba en el teatro en Londres haciendo una obra, y cuando entré en el camerino durante el descanso, vi mi móvil haciendo ‘backflips’ (hace un gesto de una espiral incontrolable con el dedo índice). Me estaban siguiendo 1.000 personas por minuto. La transición del coche al cohete fue muy rápido, de un día para otro tenía 200.000 seguidores. Aunque los seguidores no son una forma para regir tu vida, ahí pude ver la diferencia tan instantánea. Cuando salieron las promos, la gente nos empezó a reconocer más, pero en Canarias todavía me preguntaban si seguía haciendo tablas. Era completamente ajeno. Pero cuando salió la serie, ya teníamos el cohete montado y apretaron el botón. Cuando volví a Tenerife, en la frutería me pedían fotos”.

Taz da vida a Sanji, el cocinero de la tripulación del barco pirata en el que se basa el manga de One Piece, que es algo así como un cómic ‘a la japonesa’. Netflix ha hecho una adaptación de la obra ilustrada a un Live Action, una serie con actores reales. Su personaje es uno de los más conocidos, más queridos, más carismáticos. En el vídeo anterior, Taz le pone un cinturón negro al personaje que interpreta. Su personaje pelea a base de patadas, por lo que tuvo que aprender artes marciales en tiempo récord.

P: Añadiste el taekwondo a tu lista de cosas por aprender

R: “Siento muchas veces que hago de todo de forma mediocre, pero no hago nada muy bien. Hay algo muy bonito en eso. Yo cogí como ejemplo para esto el taekwondo. Porque cuando consigues tu mayor crecimiento es del cinturón blanco al negro, pero una vez estás en el negro, las mejoras pasan a ser muy difíciles, como de muy perfeccionamiento. Es decir, paso del 0 al 10 de blanco a negro, pero el 11, que es la perfección, no me interesa tanto , solo en algunos aspectos. Creo que no se puede tener un 11 en todo, a lo mejor en tu vida solo puedes tener un 11, o dos como mucho. Pero no todo puede ser un 11. Yo tengo un monton de cincos, un par de ochos, algún diez, y todavía no tengo un 11, pero en eso estoy”.

Si atribuimos cada copia vendida (más de 500 millones) a una persona, los lectores de One Piece superarían considerablemente a la población de Estados Unidos y serían más de 10 veces la de España. Ante este fenómeno de masas…

P: ¿Tienes miedo a que Taz se convierta en Sanji? ¿Que el personaje te protagonice a ti?

R: “Sí, no es un miedo como tal, pero sí que es algo que todos nosotros (el resto de actores de la serie) tenemos presentes y al que todos somos vulnerables. Pero mira, si eso ocurre, ni tan mal, porque no nos podremos quejar de una vida así, sigue siendo una vida bonita. En mi caso, como nunca he caído en lo que la gente pensaba que iba a caer, tengo el presentimiento de que no es un problema real para mí. Puede que me equivoque, pero entre la primera y la segunda temporada de One Piece he hecho una serie y dos películas que no tienen nada que ver el personaje de Sanji. Tengo cuatro series en producción que no tienen nada que ver con el mundo de One Piece. No lo digo de una forma arrogante, sino seguro de mí mismo o aspirando a ser seguro de mí mismo”.

P: Los Live Action de otras series no han tenido tanto éxito como el vuestro. ¿Por qué One Piece sí?

R: “Dos razones en base a mi análisis. Matt Owens, el showrunner y guionista principal, es un verdadero fan del anime, quiere el anime con todo su corazón y se lo conoce el anime mejor que la mayoría de fans”.

Cuidando el más mínimo detalle, los productores del Live Action contactaron con creadores de contenido de One Piece para consultarles sobre la producción y guion de la serie. Uno de ellos fue Artur - The Library of Ohara, que ayudó en “el proceso de escritura del guion, principalmente para la historia, los ‘Easter Eggs’ y la línea temporal”. Aparece varias veces en el pódcast ‘Radio Pirata’, donde demuestra sus conocimientos y, en definitiva, por qué recibió una llamada de Netflix.

Continúa Taz explicando la primera razón: “Matt, mientras hacía la serie, ponía su opinión artística sobre ella, y al mismo tiempo mantenía todo lo que él amaba sobre la propiedad intelectual. Eso no es algo que todo el mundo pueda hacer. No habría sido la misma serie sin Matt, sabía profundamente qué quería de cada personaje y quién iba a interpretarlo. Cuidó mucho de nosotros y nos dio las herramientas para traer de los personajes lo que quisiéramos. Yo fui un día y le dije ‘Matt, yo quiero hacer todas las peleas, no quiero que me doblen’. Se lo digo como un pibe de 25 años que nunca ha ido al colegio, que no ha estudiado teatro ni nunca ha hecho doblaje de acción en su puta vida. Él cogió y me miró con toda la confianza del mundo y me dijo: ‘Ok, vamos a hacerlo’”.

P: ¿Y la segunda razón?

R: “El elenco de actores, el conjunto de lo que somos nosotros cinco, es la otra razón. Lo siento así porque somos todos muy diferentes, pero como falte solo uno de nosotros, no es lo mismo en entrevistas, organizando cualquier cosa, grabando... El hecho de que seamos diferentes hace que nos complementemos perfectamente. Hay algo muy especial que pasó con la simbiosis de nosotros cinco, somos realmente amigos, que no es algo tan común como te esperarías dentro de este mundo. Somos realmente amigos y nos cuidamos mucho tanto dentro como fuera de la serie”.

Dos semanas después del estreno, Netflix anunció que se rodaría una segunda temporada del Live Action de One Piece. Quedan muchos personajes importantes por aparecer, personajes protagonistas que se incorporarán a la segunda temporada.

P: ¿Es esa buena relación y conexión entre actores un requisito para formar parte del elenco en la segunda temporada?

R: “Es buena pregunta. Sí, sé que eso forma parte de las conversaciones, pero nosotros no decidimos ni opinamos sobre quien va a serlo. Oímos las conversaciones y hablamos dentro de ellas (Taz se ríe, parece recordar algo). Y en esas conversaciones vemos que es muy importante de que la gente que se vaya uniendo forme buena parte de la familia, pero eso es tanto trabajo del actor que venga nuevo como nuestro. Es decencia básica la de dar una buena bienvenida a la gente que llegue nueva”.

P: ¿Habéis sentido presión al adaptar One Piece?

R: “Desde que empezamos, desde el primer momento, todo el mundo nos recordaba lo de Death Note. Gente cercana a nosotros te lo dice un poco de broma y no se da cuenta de la severidad de lo que te están metiendo en la cabeza. Te están diciendo, de una forma casual, que existe la posibilidad de que estos tres años de tu vida en los que te has desangrado por algo, valgan absolutamente para nada. Eso lo tuvimos que gestionar en todo momento dentro de nosotros mismos, yendo a trabajar creyendo firmemente en lo que estábamos haciendo y en la gente con quien lo estábamos haciendo. Tres años militantes. Llega el momento en el que no puedes hacer más trabajo y lo que has hecho es lo que quedó, y solo puedes esperar a que lo que hiciste con los demás sea suficiente para que no te corten la cabeza (ríe). Pero quiero aclarar que los fans son muy entusiasmados y la mayoría nos apoyó desde el primer momento”.

El proceso creativo y convencer a una madre

Hay algo curioso en Taz y es el número de veces que se ríe por minuto. Sonríe cuando sacamos temas más serios. Sonríe cuando casi se le escapa algo sobre los nuevos actores. Sonríe al rememorar anécdotas con los fans. Pero cambia a un semblante serio cuando charlamos sobre el proceso creativo del actor. En la premiere de la película Gassed Up dijo que solo quería formar parte de proyectos que su madre pudiera disfrutar.

P: Me parece el objetivo más ambicioso que alguien puede tener, ¡convencer siempre a una madre!

R: (Se ríe) “Creo que me refería a algo un poco más distinto, pero lo que dices es verdad. Quería decir que, como no vengo de este mundo (el de la interpretación) lo veo como mi arma secreta porque me da una perspectiva real sobre lo que hacemos en el arte. A veces hacemos un culto a ciertas cosas que me parece importante y productivo, pero puede ser elitista. Aunque yo pueda apreciar y comprender algunas cosas más complejas o cultas, mi madre no tiene por qué apreciarlas”.

P: En una entrevista le dijiste a la periodista que, si te hubiera conocido de pequeño, nunca habría imaginado que tú acabarías de esta forma. Y tú, ¿te habrías imaginado a ti mismo así?

R: “Sí. Es una buena pregunta, bro. Y sí. De tanto que yo estaba solo, y no tenía amigos, me quedaba todo el día en internet, leyendo y viendo vídeos. Mi vida era una fantasía y decía ‘estaría guapísimo hacer eso que vi en una película de acción’. Me acuerdo de ver paracaidismo o surf en películas y decirle a mi madre ‘eso estaría guapísimo hacerlo’. Pero nunca iba a hacerlo. Tenía fantasías de hacer cosas a las que al mismo tiempo tenía miedo. Pero cuando piensas en hacer algo, siempre hay una parte de ti que piensa que no va a pasar”.

P: El miedo a arriesgarse

R: “Sí. Nadie se mete en esta industria sin aspiraciones para vivir de esto. De tener una vida bonita, cuidar a su familia... Pero hay una gran parte de ti que tiene presente que es bastante probable que no lo consigas. Si me preguntases de pequeño que iba a ser de mayor, no te habría dicho que lo haría, te habría dicho que espero que algo guapo”.

P: ¿Y si te lo pregunto ahora?

R: Espero ser algo mejor de lo que soy ahora.

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