Tamara Falcó: “No tengo relación con Íñigo por prescripción facultativa”

Tamara Falcó ya ha recuperado la sonrisa después de unas semanas repletas de tensión y decepción por su mediática ruptura con Íñigo Onieva. El nombre de la marquesa de Griñón no dejó de ocupar titulares durante días, pero como se suele decir, el tiempo todo lo cura y más cuando se trata de asuntos de índole sentimental. Y así lo ha corroborado Tamara durante su aparición en un evento de moda en el que se ha presentado su colección con Pedro del Hierro.

“Ha habido un momento, pero ya ha pasado un tiempo. He estado con mi hermana en Doha, me lo he pasado pipa. He estado de concierto, era la primera que bailaba, he salido a cenar, he tenido la boda de mi mejor amiga... No iba a estar sentada en una silla. Esto es raro, va y viene, pero la verdad es que estoy bien”, ha reconocido con una gigantesca sonrisa en el rostro que durante un corto período de tiempo perdió parte de su luz.

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La vida de Tamara Falcó ha cambiado radicalmente, pues de los planes de boda ha pasado nuevamente a la soltería y con todos los focos encima. Pero como ella misma ha afirmado, su vida continúa y no va a estar supeditada a una pareja: “Yo tengo la misma vida. Tenía una vida estupenda y no tengo por qué cambiar de vida. A mí mi vida me encantaba y no está definida por una pareja”.

Tajante cuando le preguntan por una segunda oportunidad a Onieva

“Creo que en las segundas oportunidades, pero seguro que la tendría con otra persona. Creo que al final se han dado unas circunstancias... A día de hoy estoy bien sola, solo pienso en mi futuro (...). La verdad es que no mantengo ningún tipo de relación con Íñigo por prescripción facultativa, que la llevo a rajatabla”, agregó.

La marquesa decidió poner tierra de por medio cuando salió a la luz todo el escándalo y se ha refugiado en su fe: “Para mí ha pasado ya un mes y medio, estoy bien... Ha sido más rápido gracias a la Virgen. Después del retiro, de ir a Lourdes, sentía una fuerza que no era mía. Lo he llevado de una forma que podía ser peor. Evidentemente he llorado, he tenido momentos malos, había momentos en los que no sabía muy bien qué había sucedido”.

Tamara ha recibido en todo el momento el cariño de los suyos, de su hermana, de su madre, de sus amigas, una familia que hace que no se obsesione con convertirse en mama. “No me preocupa la llamada de la maternidad. Me encantan los niños, pero son fruto del amor. Me gustaría compartirlo con alguien, pero no siento la suficiente necesidad. Yo con mis sobrinos estoy encantada. Si no es en pareja, no tendría hijos”, sentenció.