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Se vende la lujosa mansión de Berlusconi en Cerdeña por 500 millones de euros
El complejo de Villa Certosa cuenta con la friolera cantidad de 68 habitaciones y una finca que supera los 120.000 metros cuadrados colmada de extravagancias.
El pasado mes de junio vibró el Viejo Continente. La muerte de aquel hombre que reinventó la política italiana, la controvertida figura de Il Cavaliere, opaco empresario dotado con la virtud casi ilusionista de distraer con una mano y efectuar con la otra, supuso algo más que una cascada de tinta en periódicos. Silvio Berlusconi tardó una década en hacerse millonario. Y una vida entera en multiplicar y añadir exponentes a su patrimonio. Tras su muerte, su fortuna reparte y descompone, reconvertida en una suerte de Imperio Romano de Occidente.
Todo eso debe leerse detrás del cartel de ‘se vende’ que ahora cuelga la que fuera su joya de la corona. Villa Certosa, su mansión de Cerdeña o, como es allí conocida, ‘la casa de los escándalos’. Quien se encarga de esta operación es la agencia inmobiliaria Dils, cuya sede está en Milán, y cuyas maniobras evidencian los difíciles pasos hacia adelante que se están dando en la farragosa tarea de repartir el patrimonio inmobiliario del antiguo presidente italiano entre sus cinco herederos.
Roza lo hercúleo por la ingente cifra de ceros que acumula el conjunto de las pertenencias. Mientras que a Barbara Berlusconi le corresponde adquirir Villa Macherio, en Brianza, su hermana Marina obtiene su parte del pastel con la posibilidad de comprar Villa Campari de Lesa, en el Lago Mayor. La primera de estas casas fue la residencia de Veronica Lario, esposa de Berlusconi; la segunda pertenecía al propio Silvio. También colea Villa Gernetto en este juego de tronos domiciliario en el que también participan varias empresas inmobiliarias. Luego está el asunto de Villa Certosa.
El pequeño planeta de ‘Il Cavaliere’
Este complejo fue comprado por Berlusconi allá por los 70, cuando sus negocios no conocían límites y todos los infinitos monetarios eran, en realidad, horizontes de cartón susceptibles de romperse para fijarse otros imposibles perfectamente posibles. La reconstruyó. La amplió. Ya era su lugar de confianza y de “máxima seguridad” durante su primer mandato en el gobierno italiano a principios de los 90. Por sus pasillos desfilaron todo tipo de invitados. Desde George W. Bush hasta Vladimir Putin. Sólo las paredes de esta villa mediterránea recuerdan los secretos de aquellas veladas olvidadas.
Según un informe técnico fechado en enero de 2021, y rubricado por el perito de confianza de Berlusconi, Francesco Magnano, aquel pequeño imperio de Villa Certosa tenía un precio de 259.373.950 euros. Ni uno más. Este pequeño planeta resultaba de imposible división para sus hijos y, como ha ocurrido con el resto de villas, se debió contemplar la opción de la venta.
Tal y como asegura Financial Times, su traspaso se ha encomendado a la citada empresa milanesa que, aunque inició los trámites esperando completar la operación por unos 500 millones de euros, espera negociar por una cifra cercana a los 300.
Que la cifra no es baladí salta a la vista. Pero es que el espacio en sí mismo tampoco. La casa cuenta con 68 habitaciones, 181 metros cuadrados de garaje y otros 174 de plazas de aparcamiento. A esto hay que sumar 4 bungalows, un teatro, una torre frente al teatro, talasoterapia, un gimnasio y, por si fuera poco, 297 metros cuadrados de “jardín medicinal”. Si el edificio en sí mismo cuenta con 4.500 metros cuadrados, la finca asciende a los 120.000. El pequeño universo de Il Cavaliere. Pero qué universo.