Miriam Piqueras, directora médica: “Cuidar la salud oral en la vejez favorece la autoestima además de prevenir complicaciones”
La experta destaca que una buena higiene bucodental no solo aporta beneficios físicos, sino que también tiene un impacto emocional positivo.
La pérdida de dientes es una realidad frecuente entre las personas de avanzada edad y suele afrontarse como un problema meramente estético. Sin embargo, profesionales sanitarios advierten de que sus consecuencias afectan de forma directa a la salud general, a la nutrición e incluso al bienestar emocional. La ausencia de piezas dentales no solo dificulta la masticación, sino que condiciona la dieta diaria, limita la variedad de alimentos y puede incluso llegar a derivar en deficiencias a nivel nutricional y pérdida de energía.
La boca es el primer paso del proceso digestivo. Tal y como explican desde el ámbito odontológico, una masticación deficiente impide que trituremos adecuadamente los alimentos y reduce la acción de la saliva, la cual es fundamental para poder iniciar la digestión. Esta alteración repercute en la absorción de nutrientes y en nuestra dieta en sí, lo que puede acabar influyendo en el metabolismo y en la salud global de la persona. Además, las dificultades para comer suelen llevar a eliminar alimentos duros o fibrosos, precisamente aquellos más ricos en proteínas y vitaminas esenciales.
Consecuencias más allá de lo físico
Pero el impacto de la pérdida dental no se limita al plano físico. También tiene una gran importancia a nivel social y emocional. Muchas personas mayores evitan comidas en grupo o reducen su participación en encuentros sociales por la incomodidad al hablar o sonreír. Esta situación puede favorecer el aislamiento y afectar negativamente al estado de ánimo. En este contexto, Miriam Piqueras, directora médica de Sanitas Mayores, destaca que: “Cuidar la salud oral en esta etapa no solo previene complicaciones médicas, también favorece la autoestima, la participación social y la calidad de vida”.
Desde Sanitas Mayores insisten en la importancia de abordar la salud bucodental de forma integral. Las revisiones periódicas permiten detectar a tiempo caries, enfermedades de las encías o pérdidas dentales nuevas, así como valorar soluciones que devuelvan funcionalidad a la boca como prótesis o implantes. Junto a esto, recomiendan adaptar la alimentación sin renunciar al valor nutricional, apostando por texturas más fáciles de masticar como purés, cremas o guisos.
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Otros hábitos clave son: masticar despacio, en pequeñas cantidades, y mantener una hidratación adecuada, especialmente en casos de sequedad bucal que vienen de la mano de las prótesis. Asimismo, los especialistas aconsejan consultar con un profesional ante señales como pérdida de peso, desinterés alimentario o falta de energía, ya que una intervención temprana puede prevenir problemas nutricionales más graves.
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